Memoria CEAR 2024: un año de múltiples retos en la defensa del derecho de asilo

2024 será recordado en cuanto a políticas migratorias como el año en que la Unión Europea pactó contra el derecho de asilo, un hecho que acentúa la deriva de los derechos humanos en la región. Pero esta no fue la única circunstancia que afectó a las personas refugiadas. Tal y como se recoge en el XIII Informe Anual CEAR, numerosos conflictos, persecuciones y violencias en todo el mundo empujaron al éxodo a más de 123 millones de personas. En este contexto, la organización continuó defendiendo el derecho al asilo y ahora presenta su memoria anual, dando cuenta de las actividades que desarrolló durante este periodo. 

Si bien el Pacto Europeo de Migración y Asilo aprobado en junio de 2024 marca un antes y un después en el derecho de asilo, durante este año España recibió otro cambio legislativo de gran calado para las personas refugiadas. El nuevo Reglamento de Extranjería, que con sus luces y sombras flexibilizó los arraigos y redujo los tiempos de espera para que muchas personas puedan regularizar su situación, introdujo a su vez nuevos obstáculos para quienes necesitan protección internacional: la imposición de dos años de irregularidad sobrevenida cuando sus solicitudes de asilo son rechazadas. 

A nivel internacional, la barbarie continuó obligando a millones de personas a abandonar sus hogares. El genocidio palestino perpetrado por Israel ha causado ya más de 57 000 muertes desde octubre de 2023, mientras continúan los conflictos en Mali, Sudán, Ucrania o Yemen, cada vez más olvidados. Miles de personas fueron desplazadas forzosamente por motivos medioambientales, sin obtener una respuesta adecuada en términos de protección. Estas situaciones provocaron que el número de solicitantes en España aumentara ligeramente a más de 167 000. 

España, sin embargo, continuó manteniendo una tasa de reconocimiento de protección internacional baja. Además, las vías legales y seguras necesarias para que las personas refugiadas y migrantes no arriesguen sus vidas intentando alcanzar un lugar seguro continuaron demostrándose insuficientes. Ante ello, el trabajo que CEAR realizó durante 2024 en defensa de los derechos humanos y el derecho de asilo es más relevante que nunca. 

CEAR son miles de personas 

CEAR defiende y promueve el derecho de asilo y los derechos humanos, así como el desarrollo integral de las personas refugiadas, desplazadas, apátridas y migrantes con necesidad de protección internacional y en riesgo de exclusión social. 

Tras los más de 46 años de trabajo de la entidad se encuentran miles de personas que lo hacen posible, equipos multidisciplinares que, con su experiencia, formación y dedicación, llevan a cabo su misión: desde la acogida y la inclusión social, hasta la defensa jurídica y la denuncia para avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos. 

 

¿Cómo trabaja CEAR? 

Durante 2024, CEAR atendió a 46 847 personas a través de un trabajo coordinado entre áreas dirigido a potenciar la autonomía y el bienestar de las personas solicitantes de asilo y refugiadas. En total, el número de intervenciones alcanzó las 803 244, incluyendo desde la primera sesión de información y orientación para acceder al sistema de protección internacional, hasta el asesoramiento jurídico o el acompañamiento durante cada una de las fases, tanto de acogida como de inclusión. 

El área de acogida, que comprende la acogida temporal y la Fase de Valoración Inicial y Derivación acogió a más de 14 000 personas. Esta fase, que además del alojamiento comprende otro tipo de intervenciones como derivar a otros servicios sociales, llegó a atender a más de 19 000 personas. Por su parte, el servicio de atención humanitaria, donde se trabaja para garantizar los derechos de las personas migrantes que llegan a costas, dio cobertura a más de 9400 personas.  

Para garantizar los procesos de inclusión de estas personas es fundamental el trabajo de otros servicios de gran relevancia, más allá de la propia acogida. Desde el servicio de atención psicológica, CEAR atendió a 7000 personas; más de 8000 fueron apoyadas por los equipos de traducción e interpretación; y más de 5600 formaron parte de los programas relacionados con el aprendizaje del idioma. 

La inclusión laboral continuó siendo clave, con más de 5700 asesoradas, además del trabajo realizado para sensibilizar a empresas y entidades del sector. Por su parte, el servicio de intervención social procuró actuaciones individualizadas para 7850 personas y cerca de 18 400 recibieron apoyo jurídico.  

 

¿Qué hacen los equipos de CEAR? 

La defensa del derecho de asilo es una de las principales líneas de trabajo de CEAR. En este marco, en 2024 se realizaron acciones de defensa y acompañamiento jurídico, así como denuncias ante posibles vulneraciones de derechos. Además, se llevaron a cabo propuestas concretas para provocar cambios normativos, políticos, sociales e institucionales en los distintos niveles, desde lo local hasta lo internacional. Las principales líneas de trabajo en este sentido estuvieron orientadas a defender los derechos humanos en frontera, a garantizar el acceso al procedimiento de asilo, a lograr un Pacto Europeo de Migración y Asilo con derechos y a poner a las propias personas en el centro, a través de distintas campañas y reivindicaciones. 

A lo largo del año, CEAR acogió a 18 869 personas distribuidas en 7984 plazas. Ser refugio es más que facilitar alojamiento y manutención, también es potenciar la autonomía y el bienestar de las personas con las que CEAR trabaja. En este contexto, se desarrolló la respuesta ante emergencias; se propugnaron los espacios libres de violencia, especialmente en lo que se refiere a personas LGTBIQA+; y se trabajó para superar distintos retos en la acogida. 

Con este objetivo, se les acompañó a lo largo de todo su proceso aportando herramientas personales y sociales para que ellas sean las principales protagonistas de sus vidas y puedan vivir en igualdad de condiciones. En este ámbito, fue de relieve el trabajo relativo a superar las barreras para que puedan acceder al empleo, la sanidad, la educación o la vivienda, entre otras. 

Además, se impulsó una ciudadanía activa y la convivencia intercultural, en aras de construir una sociedad más justa e inclusiva, a través de la sensibilización, la formación y la movilización social. Para ello, se realizaron acciones y campañas de denuncia contra el genocidio en Palestina; se continuó combatiendo contra los discursos de odio, el racismo y la xenofobia; se siguió impulsando la cultura, el arte, el deporte y la gastronomía como elementos que son refugio; y se continuaron las distintas acciones de educación para la ciudadanía global.  

 

* Esta memoria y el trabajo que contiene es posible gracias al apoyo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI); y el Fondo Social Europeo + (FSE+). 

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