Los visados de tránsito incrementan los riesgos en las rutas migratorias

Ante la grave situación de hacinamiento e indignidad de las condiciones en que se encuentran desde hace meses cientos de personas solicitantes de asilo en el aeropuerto de Madrid-Barajas, entre otras medidas, el Gobierno de España ha impuesto un visado de tránsito aeroportuario a personas procedentes de Kenia y Senegal. Una medida que dificulta aún más el acceso a protección internacional y forma parte de la estrategia europea y española de externalización de fronteras que pone en peligro cada vez más la vida de miles de personas.

 

¿Qué es un visado de tránsito?

El visado de tránsito aeroportuario es la autorización de un Estado miembro, en este caso de España, para transitar por la zona internacional de los aeropuertos de la zona Schengen. Pero tan solo permite hacer la escala, no entrar en el territorio.  

Este visado es obligatorio para una lista de terceros países que Europa comparte, según el Código de Visados de la Unión Europea. Entre ellos hay países en conflicto como Afganistán, Irak o la República Democrática del Congo. Además, los Estados miembro pueden exigir este visado a todos los nacionales de un determinado país en “casos urgentes de afluencia masiva” de personas migrantes en situación irregular, como está ocurriendo ahora en España con personas procedentes de Senegal. 

¿Cómo se solicita?

Se debe acudir al consulado o la embajada española del país de origen para presentar la solicitud correspondiente, aportar los documentos necesarios, someterse a la toma de huellas y pagar unas tasas. Los plazos son largos y en la práctica el visado de tránsito supone un obstáculo insalvable para quienes no tienen otro modo de pedir asilo en Europa. 

¿Por qué Kenia y Senegal? 

Desde hace meses han aumentado notablemente las llegadas a España desde Senegal de personas que huyen, entre otras, de la crisis política y las repercusiones sociales en el país africano, donde la ciudadanía está sufriendo represiones policiales, detenciones masivas, ataques a la libertad de expresión y gran inseguridad. La falta de vías legales y seguras para migrar está empujando a miles de ellas a atravesar la mortífera ruta atlántica hacia Canarias. 

En el caso de Kenia, la imposición del visado de tránsito impide el acceso al derecho de asilo a las personas refugiadas de Somalia que huyen de la grave situación humanitaria en su país y que llegan a España con un pasaporte de Kenia, una nueva alternativa que habían encontrado para llegar a Europa ante la falta de vías legales y seguras para acceder al procedimiento de asilo.  

¿Qué otros países necesitan este visado? 

En España, tras la última actualización en diciembre de 2023, los nacionales de los siguientes países necesitan un visado para hacer tránsito en la zona internacional de cualquier aeropuerto nacional hacia un país fuera del área Schengen: Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Cuba, Djibuti, Gambia, Guinea, Guinea Bissau, Haití, India, Kenia, Liberia, Malí, República del Congo, Sierra Leona, Siria, Tayikistán, Togo, Turquía, Uzbekistán y Yemen. También las personas titulares de pasaportes expedidos por la Autoridad Palestina.

En Europa se exige visado de tránsito para vuelos de conexión fuera del área Schengen a personas de Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Ghana, Irán, Irak, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Somalia y Sri Lanka. 

¿Cómo obstaculiza el acceso al derecho de asilo? 

Cada vez que se produce un aumento de solicitudes de asilo de una determinada nacionalidad en el aeropuerto, que suele coincidir con conflictos o emergencias en sus países de origen, las autoridades españolas recurren a la exigencia de este tipo de visados que en la práctica impiden el acceso a la protección internacional en España, para quienes no tienen vías legales y seguras para hacerlo.  

Se hizo con las personas refugiadas de Siria en 2011, con las procedentes de Palestina en 2019, con las originarias de Yemen que huían de una de las mayores crisis humanitarias de la última década en 2020, de Haití en 2021, de Turquía en 2022, de Burkina Faso en 2023, y ahora con Kenia, desde el pasado 20 de enero, y con Senegal, que entrará en vigor el próximo 19 de febrero. 

Medidas para la externalización de fronteras: los visados de tránsito y la utilización de terceros países como gendarmes

Además de los visados de tránsito, España ha solicitado a Marruecos que impida a las personas procedentes de Senegal tomar un avión con escala en España si no cuentan con visado de la zona Schengen expedido con dos años de antelación. Una fórmula transitoria hasta que el 19 de febrero entre en vigor la exigencia del visado de tránsito.  

CEAR ha denunciado que esta medida es otra vuelta de tuerca más a la externalización de fronteras, dejando en manos de Marruecos el control de las personas que necesitan acceder a España, posiblemente para pedir protección internacional. Esta estrategia de externalización con terceros países como Marruecos, Túnez o Libia, que no son seguros para las personas refugiadas y migrantes y en ocasiones no respetan los derechos humanos, se ha convertido en el eje principal de la política de contención migratoria europea. El nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo profundiza en este enfoque, tratando de impedir por todos los medios que las personas lleguen a Europa. 

¿Por qué estas medidas provocarán aún más muertes en las rutas migratorias? 

Cabe destacar que todas las nacionalidades mencionadas que necesitan visado de tránsito son merecedoras de protección internacional, y proceden de algunas de las poblaciones de personas refugiadas más grandes del mundo, con altas tasas de reconocimiento como Siria (92%), Burkina Faso (97,4%), Mali (98,8%), Somalia (97%), Afganistán (87,3%) o Palestina (84%). Es una medida contradictoria y carente de un enfoque basado en los derechos humanos.  

Si se impone este visado o se impide llegar a personas con clara necesidad de protección, se cierra una de las pocas vías seguras que tienen para pedir asilo. Se convierte en otro obstáculo, lo que las empuja a jugarse la vida en rutas alternativas, como las mortales aguas del Mediterráneo o del Atlántico, o saltando la valla de Melilla.  

¿Qué alternativas hay para regular la llegada de personas que necesitan protección?

CEAR manifiesta su preocupación al ver que se adoptan medidas de forma ágil y urgente para impedir que las personas lleguen hasta Europa, pero nunca se ponen en marcha vías legales y seguras o se plantean soluciones desde una perspectiva de derechos humanos.  

Por ello, propone que se aplique el artículo 38 de la Ley de Asilo, que contempla la petición de asilo en embajadas y consulados. “De esta manera, las personas no tendrían que montarse en un avión, porque previamente en esa embajada podría hacer un análisis previo de la petición de asilo”, concluye Estrella Galán, directora general de CEAR. 

Si se impone este visado o se impide llegar a personas con clara necesidad de protección, se cierra una de las pocas vías seguras que tienen para pedir asilo. Se convierte en otro obstáculo, lo que las empuja a jugarse la vida en rutas… Clic para tuitear

 

Ayúdanos.

Con una aportación de 10€ nos ayudas a proporcionar el material escolar para niños y niñas refugiadas