Tres jóvenes acogidos por CEAR representan a Baltasar en las cabalgatas de Andalucía
Mansour, de Guinea Conakry; Basirou, de Senegal; y Bamba, de Mali, son los tres jóvenes acogidos por CEAR en Málaga, Cádiz y Sevilla, que tendrán el honor de encarnar al rey Baltasar los próximos 5 y 6 de enero en las cabalgatas de sus ciudades, pueblos y barrios.
Esta iniciativa no solo les brindará una oportunidad de inclusión y convivencia con las tradiciones del país de acogida, sino que también pone en valor la riqueza de la diversidad y visibiliza las historias de quienes han tenido que huir de sus hogares en busca de una vida digna y en paz, y ahora comparten vida en nuestros barrios y ciudades. Al asumir este papel, se convierten en un símbolo de resiliencia, poniendo en relieve el poder transformador de la convivencia y el encuentro entre culturas.
Mansour compartirá su alegría por las calles de Málaga
En Málaga, será Mansour Konte quien recoja el testigo de Hady, quien también fue atendido por CEAR, para representar al rey Baltasar en la cabalgata de la capital malagueña.
Este joven guineano de 18 años de sonrisa constante se hizo conocido por un acto durante la DANA. Las imágenes de aquel rescate se viralizaron y pronto llegó la atención mediática y los reconocimientos. Aunque no se cansa de insistir; “solo vi a aquella mujer y la ayudé, no soy ningún héroe”.
Pero detrás de este acto se encuentra una historia de superación y búsqueda de la libertad y la dignidad. Abandonó su país por las constantes amenazas y agresiones derivadas de un conflicto familiar. Tuvo una infancia muy corta y difícil. Trabajó desde muy pequeño ayudando a su madre a vender pescado. Cuando la situación se tornó insostenible, y a pesar de su minoría de edad, abandonó su país a través de la peligrosa ruta canaria. Tras un breve paso por Tenerife, fue trasladado a Málaga, donde comenzó a ser atendido por CEAR.
De sus primeros días recuerda la emoción que sintió al sentarse en un aula para estudiar español. Nunca lo había hecho. La sonrisa de Mansour esconde la timidez de cualquier chico de su edad e insiste en agradecer todo el apoyo recibido desde que llegó a la ciudad andaluza.
Ahora se siente muy feliz y su mayor deseo es que se resuelva favorablemente su solicitud de asilo y comenzar a trabajar porque, como recuerda: “si tengo trabajo, tendré la libertad que quiero”.
Mientras, se prepara con ilusión y alegría para una tarea muy especial: encarnar al rey Baltasar en la cabalgata de la ciudad que lo acoge. Pero no lo hará solo. Los pajes reales serán también dos personas vinculadas a CEAR.
Basirou repartirá todo el cariño que siente haber recibido en Puerto Real
Este joven senegalés de 29 años reside en Chiclana desde marzo y ha comenzado 2025 con un contrato de trabajo como mecánico en un taller de coches, tras superar muchas adversidades y centrarse en aprender español y formarse profesionalmente.
Desde su llegada, Basirou se ha sentido arropado por los gaditanos y gaditanas, y agradece el apoyo recibido, señalando que las personas que lo han ayudado han sido fundamentales para sentirse querido y respetado. Él, a su vez, ha dejado una huella imborrable en quienes lo han conocido.
El 5 de enero, Basirou se convertirá en el rey Baltasar de Puerto Real, un papel que encarna su gratitud y su deseo de conseguir una vivienda y seguir construyendo una vida estable en España. A pesar de su pasado difícil, su espíritu responsable y divertido lo guían en su camino hacia un futuro lleno de esperanza.
La energía que desprende la sonrisa de Bamba inundará la cabalgata de Bellavista
Quienes conocen a Bamba lo definen como un joven sonriente, agradable y dispuesto. Siempre tiene una sonrisa en la cara para todo el mundo. Él cuenta que su padre le enseñó a ayudar siempre a los demás, en todo lo que pudiese y sin esperar nada cambio. ‘‘Mi padre me decía que siempre debía ser amable con los demás, da igual si te lo reconocen o no. Hay que ayudar siempre’’, asegura.
Bamba tiene 26 años y huyó de Mali hace cuatro debido a la guerra y el terrorismo. Tras pasar por Argelia y Marruecos, donde la situación no fue fácil, arriesgó su vida en el mar en busca de la paz y estabilidad que parecían perdidas.
Ahora, en España, y acogido por CEAR en Sevilla desde hace casi un año, Bamba ha comenzado una nueva vida. Está formándose como albañil y espera con ilusión el permiso de trabajo para iniciar su andadura laboral. Reside en el barrio de Bellavista, lugar en el que se siente arropado y acogido. Es un vecino más.
Tanto es así que al igual que Mansour y Basirou, Bamba se convertirá en el rey Baltasar de su barrio, en este caso, la mañana del 6 de enero. Esta representación será posible gracias a la organización que lleva a cabo el Ateneo de Bellavista durante la Cabalgata de Reyes Magos. Bamba está ilusionado, feliz y agradecido. Será rey mago en el barrio que está viéndolo iniciar una nueva vida y dándole la oportunidad de una inclusión real.
Y así llegó la magia de los Reyes Magos
Ni el frío, ni las lluvias que amenazaban algunas de las cabalgatas andaluzas, pudieron con la magia que Bamba, Basirou y Mansour estaban listos para repartir: la presencia de estos tres Baltasares contaba con demasiada ilusión. El papel de estos jóvenes, muy bien acompañados por más personas acogidas por CEAR y miembros del equipo, cumplió con creces las expectativas.
Nuestro particular rey Baltasar en Cádiz, Basirou, emocionó a su público, acompañado de los pajes James y Peter, también acogidos por CEAR en Chiclana. En Málaga, Mansour fue acompañado por Fallou. Unos días antes, ya habían abierto boca otras de sus compañeras acogidas por CEAR, participando en el pasacalles del distrito Carretera de Cádiz. La mañana del 6 de enero fue para Bamba, al que quisieron acompañar en este día tan especial más personas acogidas por CEAR que también residen en el sevillano barrio de Bellavista, contagiando su alegría a los niños y niñas presentes en un día en el que ver a los Reyes Magos es también un regalo. Además, en Guillena, personas acogidas por CEAR fueron unos días antes pajes reales del heraldo, recogiendo las cartas de los y las peques del municipio.
La presencia de personas de distintas procedencias y culturas tuvo una acogida muy especial, ante todo por parte de los niños y niñas, auténticas protagonistas del día. Mansour, Bamba, Basirou y todas las personas acogidas por CEAR que les acompañaron, demostraron que la inclusión también pasa por formar parte de las actividades de la comunidad. En el día de los Reyes Magos, la magia es un regalo tan importante como cualquier juguete, como también lo son la inclusión y la diversidad.