CEAR reclama que España lidere una nueva forma de hacer políticas migratorias en Europa

El barco Open Arms se encuentra en estos momentos en el Mediterráneo Central con 124 personas a bordo, que según la organización han sufrido “signos inequívocos de violencia” y esperan un puerto seguro de desembarco.

Ante el cierre reiterado de puertos de Italia y Malta, CEAR reclama al Gobierno español que recupere el espíritu del Aquarius y asuma el liderazgo de acoger estas personas entre los Estados miembros de la UE para garantizar que no sean devueltas a Libia, un país en guerra donde sus vidas correrían serio peligro.

CEAR considera que el ejecutivo español no puede seguir mirando a otro lado y debe dar un paso al frente, máxime al tratarse de un barco con bandera española y después de que se desmarcara de un acuerdo alcanzado por ocho Estados miembros de la Unión Europea para participar en un mecanismo temporal que permita el desembarco seguro y posterior reubicación entre estos países: Francia, Alemania, Portugal, Luxemburgo, Finlandia, Lituania, Croacia e Irlanda.

Esta propuesta franco-alemana se centra en el Mediterráneo Central dada la ausencia en esta ruta de servicios públicos de búsqueda y rescate. El argumento de España para rechazarlo es que cuenta actualmente con un equipo de Salvamento Marítimo, pese a que no opera en la citada ruta.

CEAR recuerda que durante este año España no ha participado en ninguno de los acuerdos de reubicación firmados por varios países europeos, requisitos que las autoridades de Italia y Malta han impuesto a los barcos de rescate para permitir los desembarcos. Esto ha obligado a que las personas rescatadas pasen varios días de incertidumbre y agonía en alta mar.

“Nuestro Gobierno no puede seguir ignorando las llamadas de auxilio que se producen desde el Mediterráneo Central. Es el momento de volver a estar en el grupo de países que quieren una Europa solidaria de acuerdo a los valores fundacionales de la Unión Europea”, señala Estrella Galán, directora general de CEAR.

El Open Arms no es el único barco que actualmente está a la espera de que la faciliten un puerto seguro. El Alan Kurdi, operado por la ONG alemana Sea Eye en colaboración con la española PROEMAID, también ha rescatado a 40 personas en el Mediterráneo Central, después de que la semana pasada unas 150 personas perdieran la vida en el peor naufragio de este año. Al menos 576 personas han muerto en esta ruta, 1 de cada 6 que intenta huir de Libia.

Por este motivo, CEAR exige que se deje de criminalizar a las ONG y a las personas migrantes que tratan de salvar sus vidas. Para ello la entidad considera necesario que se apruebe un mecanismo europeo de desembarco seguro, predecible y posterior reubicación para evitar sufrimientos innecesarios y garantizar el acceso al derecho a solicitar asilo.

«Pese a que el Open Arms tenga bandera española, los Estados miembro de la UE, en aras al criterio de solidaridad compartida, deben proceder de manera urgente a autorizar el desembarco seguro de las personas rescatadas y su posterior reubicación de forma corresponsable. España puede liderar en Europa este proceso para llevar a cabo una nueva forma de hacer políticas migratorias en la UE», concluye Estrella Galán.

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