
© Mohammed Zaanoun
CEAR reclama una paz justa y duradera para todo el pueblo palestino
El acuerdo de tregua temporal alcanzado entre Israel y Hamás no es, por sí solo, suficiente para garantizar el derecho legítimo de autodeterminación del pueblo palestino y poner fin al régimen de colonización, ocupación y apartheid israelí. Tras la entrada en vigor de esta tregua, CEAR reivindica una serie de medidas necesarias para alcanzar una paz justa y duradera para el pueblo palestino, que garantice sus derechos humanos y el respeto del derecho internacional.
El pasado 19 de enero entraba en vigor el alto el fuego temporal pactado entre Hamás e Israel que supone un respiro para la población palestina de Gaza, principal objetivo del genocidio sistemático y reconocido a nivel internacional.
La primera fase de esta tregua, de tan sólo 42 días de duración, incluye la puesta en libertad de 33 rehenes israelíes y 1.890 personas palestinas retenidas ilegalmente, así como la entrada de ayuda humanitaria, la retirada del ejército de ocupación israelí de las áreas pobladas de la Franja y la limitación de las operaciones aéreas de reconocimiento a 14 horas al día. La segunda fase ampliaría la liberación de más personas y la retirada del ejército israelí de otras zonas, aunque manteniendo su presencia a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto. Una tercera fase prevé un plan de reconstrucción de tres a cinco años de duración, bajo la supervisión de la comunidad internacional.
Sin embargo, esta tregua no es suficiente para garantizar los derechos humanos de las personas palestinas y está por ver hasta qué punto frenará el genocidio interminable perpetrado por Israel desde hace décadas. Para lograr una paz justa y duradera, CEAR reclama la implementación de una serie de medidas necesarias, alineadas con el derecho internacional, que ya han apoyado más de 130.000 personas con su firma a través de la campaña ‘No al genocidio en Gaza’.
Grave emergencia humanitaria en la región
Los 15 meses de asedio y el bloqueo de la ayuda humanitaria han dejado Gaza en una situación sin precedentes, con la totalidad de la población en riesgo de sufrir altos niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición. Al menos 46.565 personas palestinas han sido asesinadas, de las cuales 13.319 son niñas y niños, aunque estas escalofriantes cifras podrían ser inmensamente superiores; hasta un 70 % según un reciente estudio de la reconocida revista científica The Lancet. Además de las personas asesinadas, más de 109.660 han sido heridas, más de 11.160 están desaparecidas bajo los escombros y cerca de dos millones, el 90 % de la población, ha sido desplazada internamente. En este contexto de destrucción, 155 hospitales en la Franja de Gaza han sido dañados y el 92 % de las viviendas destruidas.
Estas graves violaciones de derechos humanos se extienden más allá de Gaza, a lo largo de todo el Territorio Palestino Ocupado. En Cisjordania, las agresiones israelíes han dejado 830 víctimas mortales, de las cuales al menos 174 son niñas y niños. Tras el comienzo de la tregua temporal en Gaza, los ataques israelíes en la zona se han redoblado, con intensos bombardeos aéreos que se han saldado ya con una decena de personas palestinas asesinadas y más de 35 heridas. A esto se suman las ofensivas por parte de las personas colonas, que están causando un creciente número de víctimas y daños materiales; 13 personas han sido asesinadas, incluidas dos niños y más de 4.000 han sido desplazadas forzosamente.
Además, según el acuerdo de alto el fuego en el Líbano, Israel debía retirarse del sur del país el pasado domingo. Sin embargo, el ejército israelí no solo mantiene su presencia, sino que abre fuego contra las personas desplazadas que intentan regresar a sus hogares. Desde que cesaran las hostilidades el pasado noviembre, más de 112.000 personas permanecen desplazadas de manera forzosa.
A pesar del avance en los posicionamientos internacionales de reconocimiento del Estado de Palestina y de condena a las acciones de Israel, medidas clave como el embargo de armas, la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas, o la suspensión de las credenciales de Israel como Estado miembro de la ONU, siguen sin contemplarse por la mayoría de los Estados occidentales, incluidos España y el resto de los países que integran la Unión Europea.
Reivindicaciones de CEAR
1. Fin de la violencia. Llamamiento a tomar las medidas necesarias para un alto al fuego efectivo y permanente en todo el Territorio Palestino Ocupado, incluida Cisjordania y Jerusalén Este.
2. Protección para las personas desplazadas y refugiadas palestinas. Garantizar la protección de todas las personas desplazadas forzosamente y de la población civil palestina en su conjunto, así como asegurar la puesta en libertad de todas las personas ilegalmente detenidas por las fuerzas israelíes en prisiones y campos de tortura.
3. Asegurar ayuda humanitaria. Garantizar el acceso adecuado, ágil, sostenido y sin impedimentos a todos los actores que prestan asistencia humanitaria, asegurar la apertura de todos los puestos fronterizos para permitir la entrada de la misma y garantizar la protección efectiva del personal humanitario, sanitario, y de periodistas.
4. Fin de la ocupación ilegal y derecho al retorno. Velar por el fin de la ocupación ilegal en la totalidad del Territorio Ocupado y establecer las bases para el ejercicio efectivo del Derecho al retorno de la población palestina a su territorio y propiedades.
5. Avanzar hacia una paz justa y duradera. Asegurar el derecho a la verdad, justicia y reparación de la población palestina en a las graves violaciones de sus derechos humanos y del Derecho Internacional humanitario, e imponer un embargo de armas inmediato e integral, así como sanciones diplomáticas a Israel.