Durante las reuniones, se les ha trasladado las principales barreras a las que se enfrentan las personas solicitantes de protección internacional, haciendo hincapié en que muchas de ellas se han visto agravadas tras la pandemia, y en la necesidad urgente de reforzar, tanto estructural como económicamente, los Servicios Sociales para dar una respuesta acorde a la realidad del colectivo con el que trabajamos, entre otros temas.

Además, en cada uno de los encuentros se ha transmitido la preocupación de la entidad por el auge de los discursos discriminatorios en general y específicamente hacia población migrante y refugiada. Es importante recordar que esta pandemia nos afecta a todas las personas, independientemente de su origen o situación de regularidad administrativa (tal y como señala el principio básico de la Agenda 20230 de “no dejar a nadie atrás”). En ningún caso, la situación provocada por la COVID-19 debe suponer un retroceso en la garantía de derechos de estas personas