Las principales guerras de las que huyen millones de personas para vivir en paz

La paz en el mundo, el anhelado sueño de gran parte de la humanidad, parece cada vez más lejano, si atendemos a las cifras de personas desplazadas forzosamente de sus hogares por las principales guerras, violencia o persecución.

 

Alrededor de 70,8 millones de vidas en el exilio esperan una segunda oportunidad para rehacer sus vidas. Más de las que viven hoy día en Reino Unido o Francia. O el equivalente poblacional a una España y media. Cerca de 26 millones han tenido que buscar refugio fuera de su país natal. Muchas de ellas debido a interminables guerras que sacuden al mundo.

Actualmente hay decenas de conflictos armados oficialmente declarados en el mundo, sin contar aquellos olvidados o invisibles que tienen niveles de violencia similares a las principales guerras, tan reales como letales para sus víctimas. Pero lejos de lo que se suele pensar, la mayoría busca refugio y por fin algo de paz en los países más cercanos, generalmente con menos recursos para facilitarles una acogida digna. El 84% se refugia en zonas que no pueden garantizar su seguridad ni sus derechos, principalmente en países como Turquía, Jordania, Líbano, Pakistán, Sudán o Uganda. Por número de personas obligadas a huir no solo de su hogar, también de su país, estos serían los cinco principales conflictos armados que sacuden actualmente el mundo y que impiden a millones de familias vivir en paz.

Siria

Un año más, las familias sirias fueron las más castigadas por la guerra sin cuartel que se libra en el país desde hace más de ocho años. Alrededor de 6,7 millones de personas de origen sirio viven actualmente repartidas en más de un centenar de países, principalmente en Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Irak. Se estima que más de un millón de niños y niñas sirios han nacido como refugiados. Además, unas 6,2 millones de personas están desplazadas forzosamente dentro de las fronteras de Siria.

A lo largo de 2018, cerca de 20.000 personas (6.500 de ellas civiles) perdieron la vida según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Aunque se trata del menor número de víctimas mortales en términos generales desde el inicio de las hostilidades, los más pequeños continúan sufriendo especialmente el conflicto, ya que según datos de UNICEF al menos 1.100 murieron el año pasado, la mayor cifra registrada desde el inicio de la guerra.

Países como Líbano y Rusia han llamado al retorno de las personas refugiadas sirias, mientras el Gobierno de Damasco ha aprobado medidas para facilitarlo y promover la reconstrucción del país, aunque persisten las violaciones de derechos humanos, lo que genera una situación de incertidumbre que impide el regreso con garantías. La falta de acceso a la educación, el matrimonio precoz o el trabajo infantil siguen siendo obstáculos insalvables para que muchas familias refugiadas puedan volver a sus hogares.

Afganistán

Miles de personas originarias de Afganistán siguen partiendo al exilio a pesar de que la última guerra que ha sufrido (2001- 2014) terminó oficialmente hace ya un lustro. Los combates y los ataques terroristas no han cesado y siguen sembrando el pánico en gran parte del país.

No es de extrañar que, desde hace décadas, Afganistán figure en los primeros puestos de desplazamiento forzoso y recientemente la Misión de Naciones Unidas para Afganistán (UNAMA) constató la continuidad de la violencia, que alcanzaba cifras incluso superiores a las que se producían durante la guerra.

La situación de inseguridad y violencia persiste, aunque los países con mayor población afgana refugiada, como Pakistán promueven el retorno forzado. La insurgencia y la ocupación por parte de grupos armados de muchos territorios, así como el incremento de la venta en el comercio internacional de la heroína y los opiáceos, generan un escenario de enorme amenaza para la población civil.

Sudán del Sur

Las peculiaridades del proceso de independencia de Sudán, después de una larga guerra civil que costó casi dos millones de vidas humanas, marcaron el nacimiento de Sudán del Sur como Estado independiente en 2011. Fue el momento de mayor atención a un país que posteriormente ha caído en el olvido, y que desde 2013 sufre una nueva guerra en la que el reclutamiento de niños solado, las violaciones de derechos y la utilización de la mujer como arma de guerra están a la orden del día.

En esta dramática situación, entre múltiples factores, también influye de manera determinante la explotación de sus recursos petrolíferos. Más de cuatro millones de personas han huido de sus hogares a consecuencia de la violencia extrema: 1,8 millones son desplazadas internas y 2,2 millones han tenido que partir al exilio, sobre todo a países vecinos: República Democrática del Congo, Sudán, Etiopía, Kenia y Uganda.

Myanmar

En el verano de 2017, más de 700.000 rohingyas tuvieron que huir de Myanmar debido a las limpiezas étnicas del ejército birmano. La mayoría ha buscado refugio estos dos años en Bangladesh, donde se encuentra uno de los asentamientos más grandes del mundo, Cox’s Bazar, en el cual se hacinan ya más de un millón de personas.

Según una misión de expertos de Naciones Unidas la violencia sexual perpetrada por los militares birmanos fue parte de una estrategia deliberada y bien planeada para intimidar, aterrorizar y castigar a la población civil de las minorías étnicas del país. Recientemente, la ONU ha alertado de que más de 600.000 rohingyas sufren salvajes persecuciones y viven bajo la amenaza constante de sufrir un nuevo genocidio.

Somalia

Este país del África oriental sufre la guerra desde la década de los 90 del siglo pasado, lo que le ha llevado a ser considerado un Estado fallido. Gran parte del país se encuentra en manos de milicias y señores de la guerra que imponen el estado de terror. Se calcula que más de la mitad de la población (6,7 millones de personas) se encuentra en riesgo de hambruna debido a las sequías prolongadas y a las secuelas de un conflicto interminable.

Actualmente, más de 3,7 millones de somalíes se encuentran desplazadas forzosamente de sus hogares, de ellas cerca de un millón ha tenido que buscar refugio en otro país, principalmente en los más cercanos, como Kenia, Etiopía o Yemen. Cabe destacar que estos dos últimos países a su vez sufren conflictos que obligan a huir a gran parte de su población.

Lamentablemente estos cinco conflictos son solo la punta de un gigantesco iceberg que oculta innumerables conflictos y situaciones prolongadas de violencia e inestabilidad en gran parte del planeta. Yemen, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Libia, Colombia, Palestina, Sahara Occidental, Ucrania, Venezuela, Honduras, El Salvador, Etiopía, Nigeria, Irak, Mali… son otros de los principales países de los que aún tienen que huir millones de personas con el anhelo de vivir en paz.

Miles de personas no solo huyen de guerras declaradas, también de muchas invisibles con niveles de violencia similares a los de un conflicto. Clic para tuitear

 

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