CEAR reivindica la garantía de derechos y el valor de la convivencia en el Día de las Personas Migrantes

El impacto de la discriminación hacia las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas es una realidad invisibilizada que obstaculiza su acceso a derechos, los procesos de inclusión y la convivencia.  

 

En España viven más de nueve millones de personas migrantes: una de cada cinco. Además, más un tercio de ellas son refugiadas y solicitantes de protección internacional. Como sociedad de acogida, debemos garantizar y promover la convivencia y velar por que, cuando llegan al país después de trayectos llenos de obstáculos y peligros tanto en origen como en tránsito, tengan acceso a sus derechos y no sean discriminadas 

Sin embargo, y a pesar de representar un alto porcentaje de la ciudadanía, en ocasiones no gozan del mismo acceso a derechos fundamentales como la sanidad, la educación, la vivienda, la participación o el trabajo. A esto se suma que tanto en España como en la Unión Europea se está produciendo un aumento de los discursos y narrativas que alimentan la criminalización de las migraciones y amenazan gravemente a la convivencia. 

Amenazas a la convivencia 

La desigualdad, la discriminación, las narrativas racistas, los discursos de odio, y la falta de políticas efectivas de convivencia impactan negativamente en los procesos de inclusión de las personas migrantes y necesitadas de protección internacional, afectando gravemente a la convivencia y a la cohesión social. 

Desde CEAR se considera necesario articular medidas que aborden de manera efectiva estas cuestiones y favorezcan el diálogo y la convivencia intercultural. Es urgente acabar con las desigualdades y obstáculos que impiden el acceso a derechos y fomentan la discriminación, impidiendo que se suba cualquier escalón de la escalera del odio mediante la prevención, la sensibilización y el encuentro intercultural positivo en espacios seguros.  

Propuestas hacia la inclusión 

  • Narrativas y políticas que criminalizan y alimentan discursos racistas y de odio: Las personas migrantes son con frecuencia objeto de prejuicios y estereotipos dañinos, además de discursos de odio. Los medios de comunicación, que desempeñan un papel fundamental en la construcción de los imaginarios sociales, pueden transformar estas narrativas en otras que pongan en el centro a las personas y sus derechos. En esta lucha contra la desinformación y las narrativas racistas debe involucrar también a las administraciones públicas, el sector privado y la ciudadanía a través de medidas para acabar con la discriminación y el odio. 

Finalmente, preocupa la proliferación de discursos de odio y un relato estigmatizante y deshumanizador contra la población migrante y refugiada en los medios de comunicación, que afecta directamente a su proceso de inclusión y a la cohesión social. Está calando en la ciudadanía el discurso de culpabilización, la normalización de las muertes en las rutas migratorias y el tratamiento del fenómeno desde el prisma de la seguridad. Teniendo en cuenta el importante papel que juegan los medios de comunicación a la hora de construir imaginarios sociales, es fundamental transformar estas narrativas para poner en el centro a las personas y sus derechos. 

  • Acceso a Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC): Son derechos humanos que deben ser garantizados, pero hay barreras administrativas como empadronarse o abrir una cuenta bancaria que impiden a las personas migrantes acceder al empleo, la sanidad, la educación o la vivienda. Estas barreras, unidas a la proliferación de actitudes racistas y xenófobas, las dejan en situación de discriminación y desprotección dificultando su proceso de inclusión. Las autoridades autonómicas y municipales tienen un papel fundamental en su acceso a derechos básicos. Además, la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación es un instrumento imprescindible para avanzar hacia el disfrute de todos los derechos sin discriminación y cumplir el principio de igualdad, pero es necesario avanzar en la creación de la autoridad independiente para igualdad de trato y asegurar una implementación efectiva y garantista de la Ley. 
  • Convivencia: La convivencia es fundamental para prevenir y combatir los discursos racistas y de odio, así como las situaciones de discriminación que dañan la cohesión social y afectan a la ciudadanía en su conjunto. En este sentido es necesaria la articulación de políticas de convivencia efectivas y con dotación presupuestaria a todos los niveles que faciliten la creación de espacios comunitarios del barrio ampliar redes y vínculos sociales, e impulsar narrativas de convivencia transformadoras.  

Un sostén contra las dificultades 

Como Moudu, que en 2020 salió de Senegal para buscar protección en Europa. Cuando llegó a Navarra, empezó a participar en el proyecto “Huertas amigas”, colaboración de CEAR Navarra con la asociación Lacarra. Esta iniciativa pone en contacto a personas migrantes con personas mayores que de forma voluntaria cultivan las huertas cuya producción se destina a los bancos de alimentos locales. 

Las jornadas siempre finalizan con un almuerzo comunitario, y esto hizo que, poco a poco, se establecieran relaciones y vínculos de confianza y amistad como el que Moudu con Manuel y Pablo. Una relación fundamental para que, a pesar de las grandes dificultades que ha encontrado, haya podido continuar con su proceso de inclusión. Ambos han intermediado con una inmobiliaria amiga para que Moudu pudiera alquilar una vivienda con dos amigos, algo que ahora es casi imposible. También le apoyaron con la empresa que le quiere contratar en cuanto consiga la documentación por arraigo formativo, algo que lleva esperando siete meses y le siguen apoyando siempre que pueden, porque son muchas las veces en las que Moudu se plantea volver a su país y olvidarse de todo este periplo. Solo quiere trabajar y poder traer a su familia, a quienes no ve desde hace tres años. Cuando se fue, su hijo tenía cuatro meses.  

Confianza y apoyo incondicional 

‘‘Es un chico que no tiene aristas, auténtico, responsable y maduro. Pienso que es una persona en la que se puede confiar’’. Marisa habla de Sory, a quien conoció durante su voluntariado en CEAR Sevilla. Hoy, ella y su familia son una parte fundamental de la vida de este joven senegalés al que, tras un duro trayecto migratorio, la vida volvió a jugarle una mala pasada hace unas semanas: le diagnosticaron una miopericarditis y llegó a ingresar en la UCI. Ahí estuvo Marisa y su familia. 

Sory se emociona al hablar de ella. «Cuando tengo un problema, la primera persona que ven mis ojos es Marisa, su marido o su hija». Asegura que cree en ellos firmemente y se emociona recordando el ánimo, los consejos y el sentimiento de perseverancia que tratan de transmitirle cuando las cosas no salen bien. ‘‘Son muy buenas personas, son como mi familia’’. 

 

Sevilla - dia del migrante - CEAR - solidaridad

 

Un equipo de fútbol, una familia  

El equipo CEAR Madrid C.F. nació apenas hace unos meses, pero sus integrantes ya lo viven como “una familia”. David, su entrenador, habla con orgullo de la diversidad e impacto social del equipo: 20 jugadores de 15 nacionalidades diferentes, dos entrenadores y “una oportunidad para construir un espacio de encuentro, acogida e intercambio para sobrellevar un poco mejor las realidades complejas que viven”. Aterrizaron en la liga de Carabanchel, un barrio popular de Madrid, como “un platillo volante”, pero en tan solo un par de meses han logrado ganarse el “respeto” y la “admiración” de los árbitros y del resto de equipos.  

Destiny, su capitán, de origen nigeriano. Llegó a Canarias en patera este mismo año. Es reconocido por su “carisma”, “alegría” y “talante”. Para él, ganar o perder es indiferente, este es un espacio para encontrarse, para hablar de todo…es lo más parecido a “una familia”.   

Esta iniciativa es posible gracias al apoyo de JD Sports y de su proyecto Football in the Community by JD. 

 

Madrid - cear - migrante - convivencia

Determinación ante los retos

Baben, de Guinea Conakry, llegó en 2018 a Canarias. Mientras estaba acogido en uno de los centros de Gran Canaria realizó una formación de mecánica de vehículos. En las prácticas conoció a Pedro, compañero referente en el taller en el que fue contratado y con el que sigue trabajando, al que Baben llama cariñosamente “mi maestro”.

Pedro describe a Baben con admiración: “Desde el principio destacó por sus ganas de aprender y su motivación, y fue contratado a pesar de las muchas complicaciones administrativas”. Afirma que es un chico muy trabajador, educado y respetuoso con el que una vez por semana comparten el descanso para practicar español, resolver dudas y Baben también le cuenta historias de su país. “Estamos muy contentos de que forme parte de nuestro equipo”, reitera con orgullo.

Por su parte, Baben ha afrontado con determinación los retos que han ido apareciendo y se muestra agradecido por ese acompañamiento “Yo he tenido mucha suerte encontrándome con Pedro. Es mi compañero y amigo”.

 

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El vecino de al lado 

¿Quién es el vecino o la vecina de al lado? ¿Cómo se llama esa persona de la que nos separa tan sólo una pared, unos pisos, una calle o una plaza? ¿Qué música escucha? ¿Le gusta bailar? ¿Sabes dónde nació? ¿Qué lengua habla? Durante meses, vecinas y vecinos de Sueca (Valencia), compartieron espacio y tiempo en unos talleres de teatro para conocerse, aprender en común y elaborar conjuntamente la pieza colectiva ‘El veí del costat’ que reflexiona sobre estas preguntas, la identidad, la cultura y las relaciones humanas. 

En este “escenario” de inclusión coincidieron Serigne y Alba. Serigne, de 25 años de edad y con afán de reconstruir su vida pese a las adversidades en el camino, decidió inscribirse en los talleres de teatro para conocer más gente de otras nacionalidades y culturas y seguir aprendiendo el castellano. Alba, valenciana formada en arte dramático, apasionada del teatro inclusivo y voluntaria de CEAR Valencia, también se apuntó a las clases. En este espacio seguro para todos los vecinos y vecinas de la localidad Serigne y Alba  

Serigne enseña a Alba a bailar danzas africanas y aprende mucho castellano con las conversaciones que comparte con ella. Para ella y él, ‘El veí del costat’ no fueron solo talleres de teatro, sino todo proceso participativo, inclusivo y comunitario en donde personas diversas pudieron conocerse, relacionarse y compartir experiencias de vida. Un proceso que finalizó con una obra exitosa, la cual sirvió para deconstruir estereotipos y prejuicios, y construir una localidad más inclusiva y antirracista. 

 

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Transformación personal y colectiva 

Con el contacto intercultural la sociedad tiene mucho que ganar. Las historias de Moudu, Sory, Serigne y miles de casos más demuestran que es fundamental tejer redes a nivel comunitario para acompañar e impulsar a las personas refugiadas en su proceso de inclusión de las personas refugiadas, resaltando el beneficio que supone para ellas y también para la sociedad en su conjunto la convivencia intercultural. 

Si las personas migrantes y refugiadas participan junto a vecinos y vecinas de la sociedad de acogida en actividades que les permiten conocerse sin prejuicios, actuar desde las fortalezas de cada una, cooperar para construir juntas, establecer vínculos sociales y de apoyo mutuo y, en definitiva, ser protagonistas de su transformación personal y la de la sociedad. Y esta inclusión real y efectiva se materializa en que puedan alcanzar una vida digna, autónoma y estable en España, en igualdad de condiciones que el resto de la población. 

Para conseguirlo, son imprescindibles políticas efectivas de inclusión y convivencia que favorezcan el acceso a derechos y la cohesión social, en definitiva, promoviendo el bienestar de las personas y su dignidad dentro de la sociedad. 

Ayúdanos.

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