Un año después del regreso al poder de los talibanes, urge poner a salvo a la población amenazada atrapada en el país

El 15 de agosto se cumple un año de la toma de Kabul por parte del régimen talibán. En ese momento, todos los focos apuntaban a la necesidad de poner a salvo la vida de miles de personas gravemente amenazadas por un régimen que vulneraba sus derechos más básicos. Desde entonces, el gobierno español ha trasladado a 2.785 personas en vuelos de evacuación desde el propio país y países limítrofes, y desde el año 2021 se han registrado 2.272 solicitudes de protección internacional en España. Desde CEAR hemos acogido a muchas de estas personas tratando de cubrir sus principales necesidades para que puedan reconstruir su vida en nuestro país.

Un año después, hacemos balance de la situación de las personas que continúan atrapadas en el país, las personas desplazadas, la respuesta de Europa y los retos que tenemos por delante para habilitar el acceso a vías legales y seguras para que las personas que siguen atrapadas puedan estar a salvo. Un año después urge fijar el foco sobre uno de los países con mayor número de personas refugiadas y desplazadas en el mundo.

Afganistán bajo el colapso humanitario

Desde la entrada del régimen talibán en las instituciones el pasado 15 de agosto, el país se encuentra en total colapso humanitario. La vida de mujeres, niños y niñas, colaboradores internacionales o periodistas continúan gravemente amenazados. Es especialmente preocupante el retroceso que se está viviendo en el ámbito de la protección de los derechos humanos de la mujer, debido a las nuevas medidas implementadas por el régimen talibán. Las mujeres se han convertido en uno de los grupos con mayor riesgo para su vida, libertad y dignidad.

Más del 90% de la población afgana en el país está sufriendo inseguridad alimentaria y miles de niños y niñas necesitan asistencia médica urgente debido a la malnutrición, según datos de Human Rights Watch. Además, los precios de la comida o gas han incrementado, tal y como vienen ocurriendo a nivel global como consecuencia de la guerra en Ucrania.

Como consecuencia de esta situación, el número de personas desplazadas internamente ha alcanzado los 3,4 millones de personas. El país con más personas refugiadas procedentes de Afganistán es Irán con 1,2 millones, seguido de Pakistán con 780.000, según cifras de ACNUR, cifras a las que hay que añadir las cientos de personas afganas que no están registradas como refugiadas en estos países de acogida. Además, actualmente salir del país es prácticamente imposible debido a que los países limítrofes han cerrado sus fronteras.

La respuesta de la Unión Europea

En la Unión Europea se han registrado, desde enero de 2022, 8.500 solicitudes de personas afganas por mes. Sin embargo, la tasa de reconocimiento para estas personas ha descendido a un 53% en mayo, siendo este el porcentaje más bajo desde julio de 2021. El número de solicitudes pendientes de resolución en abril de 2022 ascendía a 96.960 en toda la UE.

Nuestra acogida a la población afgana

Se cumple también un año de la primera Operación Antígona por parte del gobierno español, una operación sin precedentes en la que España actúo como base para el posterior traslado a otros países europeos, e incluso a Estados Unidos. Desde entonces España ha organizado varios vuelos de evacuación. En agosto de 2021, España trasladó a 2.181 personas afganas, en octubre de 2021 a 244, en julio de 2022 a 63 y la más reciente en agosto de 2022 a 297.

Desde CEAR hemos ofrecido la mejor acogida posible a algunas de estas familias, no solo en la cobertura de necesidades básicas en nuestros centros de acogida, sino en todos los primeros pasos esenciales de comenzar vida en una nueva sociedad de acogida: acceso al empadronamiento, servicios sociales, educativos y sanitarios, aprendizaje del idioma, puesta en contacto con la sociedad civil, redes de apoyo, apoyo legal, psicológico, etc. Pero su llegada nos plantea importantes retos: superar la barrera lingüística, la autonomía más allá de los cuidados de la unidad familiar (fundamentalmente en el caso de las mujeres) y el acceso al mercado laboral, principal llave de acceso a proceso de inclusión real y que supone también una alta dificultad en la búsqueda de vivienda donde desplegar una vida autónoma fuera de los espacios de acogida gestionados por entidades como CEAR.

Salida Segura de Afganistán

Debido a los innumerables riesgos para la seguridad de las personas que no han podido abandonar el país, desde CEAR seguimos insistiendo en la urgencia de habilitar el acceso a vías legales y seguras para todas estas personas:

  1. Compromiso de acción conjunta por parte de los países de la UE para facilitar la activación de corredores humanitarios desde Afganistán u otros países que permitan la salida ordenada y segura a las personas cuyas vidas corren grave peligro. Asimismo, asegurar la posterior acogida y protección en países europeos. Para ello es preciso otorgar visados a estas personas con la mayor celeridad posible, articulando la respuesta de manera coordinada entre las Embajadas o representaciones consulares y otros actores relevantes.
  2. Incremento de los compromisos de reasentamiento a nivel europeo y estatal de forma complementaria a la activación de corredores humanitarios. Urge adoptar mayores compromisos en materia de reasentamiento para facilitar la aplicación del principio de responsabilidad compartida internacional ya que los países limítrofes a Afganistán ya acogen a la mayoría de refugiados afganos. Resulta importante asegurar que la activación de vías complementarias, no sustituya los compromisos en materia de reasentamiento.
  3. Activar el artículo 38 de la Ley de Asilo por el que se establece que se podrá facilitar el traslado de personas con necesidades de protección internacional desde la Embajadas y representaciones consulares en el exterior.
  4. Agilizar los procesos de reagrupación familiar. Para ello resulta imprescindible realizar una ampliación de las plazas disponibles, ampliar el contenido de miembro familiar elegible para la reagrupación y flexibilizar (rebajar) los requisitos para la solicitud. Las Embajadas podrían facilitar el procesamiento de las peticiones de reunificación familiar, una cuestión sobre la que ACNUR se ha pronunciado en el mismo sentido.
  5. Promover el establecimiento de programas para estudiantes en las Universidades, para lo que resulta imprescindible otorgar visados y becas para estudiantes.
  6. Hacer un llamamiento a todas las partes del conflicto y a los países limítrofes para que no cierren sus fronteras y no dificulten la salida de todas las personas que se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad en Afganistán.
  7. Pedir la suspensión de la aplicación de la declaración UE-Afganistán sobre retorno y readmisión.
  8. Armonizar la protección otorgada a la población afgana en los diferentes Estados de la UE, ya que varía en cada caso.

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