Galparsoro: “Estamos ante un estado de desecho y no de derecho”

El presidente de CEAR Euskadi critica que los inmigrantes están muy sometidos

Fuente: El País. I. I. Bilbao 11 AGO 2013 – 18:06 CET

galparsoro. desechos

El presidente de CEAR Euskadi, Javier Galparsoro (Valladolid, 1956) se ha marchado de vacaciones con el móvil encendido. Ni el mes estival puede con el entusiasmo de este abogado que anda inmerso en la preparación de varios recursos en los que ha detectado “errores injustificables” como el de la menor de tres años de Galdakao a la que denegaron la nacionalidad por no justificar “buena conducta”.

Pregunta. ¿Qué está pasando con las resoluciones de nacionalidad?

Respuesta. Los errores son consecuencia de la ligereza con la que se están haciendo las cosas desde la Dirección de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia. El Plan Intensivo de Nacionalidad (PIN) que puso el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, buscaba agilizar la tramitación de 400.000 expedientes y lo único que quieren es cumplir unas estadísticas. Decir que ya se han solventado el 90% de esos expedientes sin importar cómo lo hacen.

P. ¿Por qué empiezan a salir ahora estos errores si el PIN lleva en marcha aproximádamente un año?

R. Es consecuencia de la privatización. Se ha tenido que digitalizar todo el proceso, con lo que eso supone. Y es ahora cuando empezamos a recibir las resoluciones, que por cierto, son muy lacónicas. En una hoja y media se ventila el tema. Antes de que fueran los registradores de la propiedad quienes se encargaban de estos temas, las resoluciones se alargaban hasta 5 hojas.

P. ¿Cómo viven los recortes en medio de un debate político de sobresueldos?

R. Es un malísimo ejemplo para nosotros. Es patético pensar que esa crisis que padecemos en lo económico pueda resolverlo cualquiera de los mangurrianes que se están aprovechando del dinero público. Precisamente las instituciones nos deben un dinero que nos ha llevado a esta situación tan crítica en la que estamos en CEAR. Estamos ante un estado de desecho y no de derecho.

P. El refugiado que llega a España tiene que sorprenderse de que esto ocurra aquí.

R. Son tan dignos y humildes que callan lo que piensan. Están tan sometidos que se ven como meros invitados. Por supuesto que se sorprenden de que esto esté ocurriendo en Europa, en una civilización adelantada.

P. ¿Está sacando la crisis lo peor de la sociedad y la política?

R. Estamos haciendo un ejercicio de hipocresía. Por un lado los políticos nos lanzan el mensaje de comprensión y recepción, de que no hay cupos de asilo, y por otro estamos dando ese derecho, porque no es un capricho, a 2500 personas. Y hay 42 millones de personas que están siendo perseguidas en el mundo. ¿Se cumple lo que alardeamos? Estamos exigiendo tal nivel de requisitos que gran parte de la gente que llega no puede demostrar que está siendo perseguida.

P. ¿Hay que flexibilizar los parámetros?

R. Sin ninguna duda, tanto el de salida de su país de origen como el de llegada. Los políticos dicen que si se abre el paraguas se colaría gente. Claro que puede ocurrir, pero nosotros somos gente seria. No tengo ningún empeño especial desde CEAR para que entre aquí cualquiera bajo la protección internacional si no se lo merece. ¿Qué gano yo con eso?

 

 

 

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