La Audiencia Nacional reconoce la Protección Internacional al activista saharaui Hassanna Aalia

Cinco años después de haberla solicitado, la Audiencia Nacional ha reconocido finalmente el Estatuto de Refugiado al activista saharaui, revocando así la decisión de denegación que tomó la Oficina de Asilo y Refugio (OAR), respecto a su solicitud de protección Internacional. En declaraciones del propio Hassanna “ha sido un proceso muy largo y duro, aunque muy bonito a su vez, ya que, me he sentido acompañado y apoyado por muchas personas, organizaciones e instituciones durante estos cinco años”.

Recordamos que tras un procedimiento judicial que no contó con las suficientes garantías, según han denunciado en repetidas ocasiones numerosos organismos y entidades nacionales e internacionales, Aalia está condenado a cadena perpetua por un tribunal militar marroquí, por participar en la protesta pacífica del campamento saharaui de Gdeim Izik.

“Desde CEAR-Euskadi aplaudimos la decisión de la Audiencia Nacional y agradecemos el apoyo y la solidaridad de todas las organizaciones e instituciones que se han involucrado en denunciar su caso”, declara Patricia Bárcena, la Directora de CEAR-Euskadi, y añade que “sin duda alguna, este hecho ha ayudado a que el caso haya adquirido la relevancia pública que tiene, tanto a nivel nacional como internacional”. El abogado de CEAR-Euskadi que ha llevado todo el proceso de Hassanna, Javier Canivell, recuerda que “aunque es una gran noticia, tenemos que recordar que lamentablemente no suele ser habitual la concesión de la protección para las y los saharauis”.

Las vulneraciones de derechos humanos que sufre la población saharaui hacen que muchas personas se vean obligadas a huir de sus hogares y soliciten la protección internacional. En 2015, se registraron en el Estado 15 solicitudes de personas procedentes del Sahara Occidental; 31 en 2014, pero no hubo ninguna concesión durante el mismo año.

Ayúdanos.

Con una aportación de 10€ nos ayudas a proporcionar el material escolar para niños y niñas refugiadas