MIGRACIÓN CON DERECHOS

La movilidad humana ha existido siempre y en las últimas cinco décadas ha aumentado globalmente. En 2020 había cerca de 281 millones de personas migrantes en todo el mundo, lo que equivale al 3,6% de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de las Migraciones (OIM).  

La mayoría tienen que arriesgar sus vidas cuando migran. Desde 2014, cuando se empezaron a documentar las muertes de personas migrantes, más de 50 000 han muerto en los trayectos migratorios. Más de la mitad de ellas, al menos 25 000, murieron en el mar Mediterráneo, que se ha convertido en una gigantesca fosa común. 

Urge poner en el centro de las políticas de migración y asilo a nivel global a las personas y las vidas, cumplir con el principio de responsabilidad compartida y con los compromisos plasmados en los Pactos Mundiales de Migración y Refugio adoptados en 2018, y garantizar el respeto de los derechos humanos en las fronteras y una migración ordenada, segura y regular que proteja los derechos de las personas para que nadie tenga que jugarse la vida en el camino. 

Los rostros de la migración

Nuestras propuestas

Incorporar el enfoque de derechos humanos en las políticas de migración y en la de gestión de fronteras.

Proteger el derecho a la vida de las personas, también en las fronteras.

Garantizar justicia, reparación y no repetición en las tragedias en las fronteras como la que sucedió en Melilla el 24 de junio de 2022.

Acabar con las devoluciones sumarias que impiden acceder al procedimiento de protección internacional.

Ampliar y activar vías legales y seguras ya existentes y reconocidas por la Ley de Asilo: visados humanitarios, reasentamiento, posibilidad de solicitar asilo en embajadas y representaciones consulares, etc.

No criminalizar a las personas migrantes y refugiadas ni a los movimientos de solidaridad y defensa de los derechos humanos.

Impulsar narrativas positivas y políticas de convivencia que contrarresten discursos antinmigración, y construyan sociedades inclusivas y diversas.

Atención Humanitaria

A través de este programa, CEAR ofrece acogida, cobertura y atención a personas migrantes que llegan a España por la frontera sur desde diferentes puntos del continente africano, y también da la posibilidad atender a personas necesitadas de protección internacional. La mayoría de las entradas se hacen por vía marítima a través de peligrosas rutas como la canaria, aunque también hay casos de accesos terrestres en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.  

Las condiciones en las que llegan las personas al programa son bastante precarias, no solo por la dureza del tránsito, sino por las innumerables violaciones de derechos humanos que han ido acumulando en el recorrido y en el tránsito de un país a otro. Los trayectos pueden extenderse durante años, y se reflejan en las condiciones físicas y psicológicas en las que llegan a los dispositivos. 

En coordinación con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, CEAR dispone de 687 plazas para ofrecer un espacio de seguridad y poder atender las necesidades más básicas de alojamiento, manutención o sanidad de las personas recién llegadas. Tras la acogida inicial, se hace un proceso de fortalecimiento y empoderamiento de habilidades como el aprendizaje del idioma, orientación psicológica, formación, orientación socio-jurídica, etc.

El objetivo es desarrollar un itinerario de inclusión para que las personas puedan sacar a la luz todas sus potencialidades. En este desarrollo es muy importante la participación y la coordinación de la sociedad de acogida, donde las personas voluntarias de la organización tienen un papel fundamental en este enriquecimiento cultural y personal mutuo. 

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