8M: Por los derechos de las mujeres que buscan refugio por ser mujeres

¿Sabías que casi la mitad de la población mundial son mujeres? ¿Y que muchas corren peligro y ven sus derechos vulnerados por el hecho de serlo? Si te parece increíble, aún lo es más que no se les garantice el acceso al asilo para que puedan vivir en paz y sin amenazas. 

  

Las mujeres y niñas son víctimas de persecuciones específicas como la violencia machista, la mutilación genital, los matrimonios forzados o la trata de personas con fines de explotación sexual, entre otras.  

En los contextos de conflictos armados o de violencia generalizada, las mujeres y niñas son las que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, mientras que en casos de pobreza extrema a menudo también suelen ser las más afectadas por la falta de acceso a sus derechos más básicos o por la desigualdad. Además, son parte de uno de los grupos más golpeados por el cambio climático y la degradación medioambiental. 

Más expuestas 

Estas amenazas y riesgos hacen que las mujeres y niñas desplazadas forzosamente se encuentren doblemente expuestas: por su condición de desplazadas y por su género. 

Siendo mujer, las dificultades del proceso migratorio se multiplican y la persecución y violencia no terminan cuando logran escapar de sus países de origen. El propio camino en busca de seguridad las expone a sufrir violencia y discriminación interseccional por ser mujer, migrante y otros factores que puedan concurrir, como la orientación sexual e identidad de género, o discapacidad. 

Discriminación interseccional - CEAR -mujer

Incluso si el motivo inicial de la huida no está relacionado con motivos de género, ser mujer puede ser un factor que complica o favorece el éxodo en los países de tránsito, un imán para la violencia durante el viaje y un motivo de discriminación a la hora de recibir protección en el país de acogida.  

Así lo vivió Loren, que cuando llegó a España esperaba encontrar un país donde podía ser ella misma, sin tener que ocultarse ni fingir nunca más. Pero pronto descubrió la homofobia, el estigma y la discriminación 

Todos estos obstáculos complican aún más el proceso de inclusión social y bienestar psicológico de niñas y mujeres cuando deberían encontrarse a salvo. 

Más crisis, más desplazamientos 

Cada vez más mujeres buscan refugio como resultado de un continuo retroceso en los derechos de las mujeres en todo el mundo, exacerbado por crisis globales como la pandemia del coronavirus, que aumentan las desigualdades de género.  

Casi la mitad de los 103 millones de personas desplazadas forzosamente en 2022 fueron mujeres y niñas (48%), según datos de ACNUR. Solo en nuestro país, el 46% de las 118.842 personas que solicitaron protección internacional eran mujeres, un 10% más que en 2021. En particular, siete de las diez principales nacionalidades solicitantes de asilo en España proceden de Latinoamérica, una región donde las crisis humanitarias y el propio desplazamiento forzado son factores de riesgo para sufrir violencia sexual y de género 

Patricia es una de las millones de mujeres a quienes la violencia de género les ha forzado a huir de su país. “Fui humillada, golpeada y amenazada’’, describe a CEAR, que la acompañó cuando llegó en avión a España en busca de un lugar seguro. 

En países como Honduras, de donde procede Patricia, se registra la mayor tasa de feminicidios del mundo, lo que sigue forzando a huir especialmente a mujeres que tienen funciones de liderazgo en su comunidad y relaciones con miembros de las maras o de las fuerzas de seguridad.  

Afganistán, Irán, Ucrania

Entre los retrocesos más preocupantes destaca la situación de las mujeres y niñas en Afganistán, que han sido sistemáticamente excluidas de la vida pública. Las nuevas medidas implementadas por el régimen talibán, como la prohibición de estudiar o de realizar cualquier trabajo fuera del hogar, ponen en grave peligro su vida, libertad y dignidad. “Las personas críticas con el régimen son torturadas o simplemente desaparecen”, denuncia Malalai Joya en Madrid, donde tiene su residencia tras siete intentos de asesinato, años de amenazas y persecuciones que finalmente la forzaron al exilio. 

En Irán las mujeres protestan contra décadas de opresión y control desde que en septiembre de 2022 a la joven Masha Amini murió mientras estaba bajo custodia de la Policía de la Moral por no llevar correctamente el velo. La masiva ola de manifestaciones ha sido violentamente reprimida, cientos de personas han muerto en las movilizaciones y decenas han sido encarceladas e incluso algunas condenadas a muerte. 

Por otro lado, el aumento de los casos de violencia sexual y las denuncias de crímenes contra la humanidad durante la invasión rusa de Ucrania revive la dura realidad de cómo las mujeres son empleadas como arma de guerra en conflictos. Como desgraciadamente se ha repetido y denunciado en otros conflictos en República Democrática del Congo, República Centroafricana o Somalia, que ya no ocupan titulares.  

Refugio por género 

El mundo debe ser un lugar seguro para todas las personas que lo habitan, independientemente de su género. Para conseguirlo es imprescindible recordar compromisos acordados a nivel internacional como la Agenda 2030, que incluye la Igualdad de Género como uno de sus objetivos, o el Pacto Mundial de Migraciones, que contempla la importancia de que exista una política migratoria con perspectiva de género y basada en derechos humanos. Sin olvidar grandes avances alcanzados a nivel legal como la Convención Sobre la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad. 

CEAR propone algunas medidas de protección: 

  • Garantizar el acceso al procedimiento de asilo para todas las mujeres y niñas que llegan a nuestras fronteras, atendiendo a sus necesidades específicas y aplicando un enfoque de género durante todo el procedimiento. 
  • Establecer y garantizar el acceso a vías legales y seguras para prevenir la violencia específica que padecen las mujeres y niñas durante el tránsito migratorio solo por serlo.  
  • Poner en marcha corredores humanitarios para garantizar una salida segura de mujeres y las niñas que huyen de situaciones de emergencia como Ucrania, Afganistán, Siria y otros conflictos olvidados.  
  • Reconocer la protección internacional por motivos de género a las mujeres y niñas. 
  • Aprobar la Ley Integral contra la Trata de personas y establecer mecanismos eficaces de identificación y protección de víctimas de trata con fines de explotación. 
  • Proporcionar un tratamiento diferenciado a las mujeres y niñas para identificar correctamente las violencias que han sufrido y facilitar atención psicosocial adecuada. 
Las mujeres y niñas son víctimas de persecuciones específicas como la violencia machista, la mutilación genital, los matrimonios forzados o la trata de personas con fines de explotación sexual, entre otras. Clic para tuitear

Hay millones de mujeres con sueños y reivindicaciones, ojalá llegue el día en que los puedan cumplir sin miedo. Este vídeo está dedicado a ellas.

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