Cinco leyes que muestran la represión hacia las personas LGTBIQ+ en el mundo

La orientación sexual y la identidad de género siguen siendo motivo de discriminación, persecución y criminalización en muchas partes del mundo, lo que fuerza la huida de sus hogares de miles de personas LGTBIQ+ para no ser castigadas con años de cárcel o incluso condenadas a penas de muerte en algunos países. Pero también para escapar de leyes que les señalan por el mero hecho de SER, SENTIR o AMAR. 

Al menos 64 países del mundo siguen teniendo normas que discriminan y criminalizan al colectivo LGTBIQ+, tal y como señala la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA). En seis de ellos (Brunéi, Mauritania, Irán, Nigeria, Arabia Saudita y Yemen) se castiga con la pena de muerte los actos sexuales entre personas del mismo sexo, mientras que en otros cinco (Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Qatar y Somalia) no existe plena seguridad jurídica. 

Además, en 52 países rigen restricciones concretas que impiden a las ONG trabajar en este ámbito y constituirse como entidades jurídicas. A esto se suman otros tipos de circunstancias cotidianas como el rechazo familiar, trabas para conseguir un empleo, acoso, agresiones verbales y físicas o falta de protección estatal, entre otras cosas.  

Desde el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022 se registraron 327 asesinatos de personas trans y género-diversas, según los últimos datos publicados por el proyecto Transrespect versus Transphobia. Con 222 casos, América Latina y el Caribe siguen siendo las regiones que más asesinatos reportaron. Este año se denunciaron por primera vez casos en Estonia y Suiza, ambas dos mujeres trans migrantes. 

Leyes tan sorprendentes como reales  

En algunos países del mundo, sus legislaciones reflejan los peligros que acechan a las personas LGTBIQ+:

  • China, por ejemplo, prohíbe el contenido que “exprese o muestre relaciones sexuales o comportamientos sexuales anormales, como la homosexualidad”. 
  • En Polonia hay varios municipios que se han autodesignado “zonas libres de ideología LGTB”, donde las personas homosexuales tienen que esconderse o huir.   
  • En Rusia no está permitido distribuir información a los niños y niñas sobre “relaciones sexuales no tradicionales” por considerarse algo “perjudicial para su salud y el desarrollo”, y todavía existen las llamadas “terapias de conversión”.  
  • Uganda está tramitando un proyecto de ley que “ilegaliza tener inquilinos homosexuales”, condena a cadena perpetua a quien cometa un “delito de homosexualidad” y baraja la pena de muerte en algunos casos.  
  • Hungría prohíbe la adopción a parejas homosexuales, en aras de la “protección de la infancia” y de la defensa de la «cultura cristiana”.

Algunos avances 

No obstante, es importante señalar que, en los últimos 30 años, 49 Estados miembros de la ONU han despenalizado las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo.  

Se están produciendo avances que han costado mucho conseguir: 20 países permiten el reconocimiento legal del género basado en la autodeterminación, 11 prohíben las “terapias de conversión” a nivel nacional y el matrimonio igualitario es ahora realidad en 33 Estados de la ONU. Además, en 58 existen leyes que protegen a las personas de los delitos de odio por motivos de orientación sexual, aunque sólo 37 lo hacen en función de la identidad de género 

 Discriminación en las sociedades de acogida  

A pesar de que algunos países como España reconocen el derecho a solicitar asilo a personas LGTBIQ+ cuando sufren persecuciones, amenazas o agresiones en sus países de origen, sigue siendo necesario que la comunidad internacional interprete la Convención de Ginebra desde una perspectiva de género y un enfoque de los derechos humanos, de conformidad con las directrices del ACNUR, para garantizar la protección internacional de todas las personas perseguidas por su identidad de género y orientación sexual.  

Además, esa protección proporcionada por las sociedades de acogida no siempre acaba con el riesgo, ya que aparecen nuevos obstáculos como el estigma, el racismo o la discriminación.  

Es importante combatir estas barreras e impulsar la diversidad y el respeto de los derechos de todas las personas, independientemente de su origen, género u orientación sexual. En el Día Internacional contra la LGTBIfobia insistimos en el derecho de SER, SENTIR y AMAR en cualquier parte del mundo.  

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