Orgullo es ser refugio

Lamentablemente, aún muchas personas en el mundo tienen que esconder su identidad de género u orientación sexual para no ser amenazadas, perseguidas o incluso asesinadas. Por este motivo, es más necesario que nunca seguir saliendo a la calle para alzar la voz por el derecho a ser, sentir o amar en libertad y con orgullo en cualquier rincón del mundo.

En España se celebra el orgullo LGTBIAQ+ desde finales de los años 70, sin embargo, en al menos 64 países conmemorar esta fecha no solo es inimaginable, sino que el hecho de manifestar la orientación sexual o identidad de género es una quimera. Ante estas situaciones, la huida es la única posibilidad de encontrar un refugio donde poder vivir en paz. 

Le pasó a Salif, un joven de Guinea Conakry, que tuvo que abandonar su país siendo menor de edad por su orientación sexual. “Faltas de respeto, agresiones y presiones”, además de indiferencia de las autoridades, son algunos de los desafíos que tuvo que enfrentar y que le obligaron a buscar un lugar seguro en el que poder ser, sentir y amar en libertad.  

“En mi país hay gente que no acepta la vida de los demás, no aceptan tus gustos. No hay leyes que protejan y digan que tú puedes hacer lo que quieras. Hacen con tu vida lo que ellos quieren. Te dicen que no mereces estar en la sociedad y que puedes influir a otros jóvenes en el futuro. No somos reconocidos”, señala desde València, donde ha sido acogido por CEAR.  

Guinea Conakry es uno de esos países en los que la comunidad homosexual es prácticamente invisible y donde, además, la homofobia está muy extendida. Tal y como recoge CEAR en su informe Guinea Conakry, Situación del Colectivo LGTBI, una investigación de 2014-2015 revela que solo el 4% de la población se muestra abierto y tolerante hacia las personas pertenecientes a minorías sexuales, un porcentaje muy inferior al de otros países africanos.  

Criminalización y persecución

En otra parte del mundo, en Rusia, incluso se han establecido leyes antiLGTBI que obligan a huir a cientos de jóvenes. En la actualidad el Parlamento ruso está tramitando un proyecto de ley que prohibirá el cambio de sexo a las personas trans y el gobierno ha anunciado la creación de un instituto psiquiátrico para homosexuales. De hecho, ya en 2020, antes de la guerra, fue de los principales países de origen con más solicitudes de protección internacional a España, siendo la LGTBIfobia uno de los principales motivos.  

Es el caso de Anastasia, activista LGTBIQ+ en Rusia, que dejó todo al ver que su vida corría peligro.  “Yo no escapé de la pobreza. Yo tenía todo allí, mi trabajo estable, mi apartamento y mi coche. Yo escapé porque quiero vivir. No quiero morir”, afirma. Ahora reside también en València, donde, de la mano de CEAR, intenta construir una vida nueva a la espera de su solicitud de asilo.  

Sus historias son las de miles de personas que, cada año, buscan un lugar seguro en el que refugiarse y vivir sin miedo. Uno de los pilares de CEAR es combatir la discriminación, los prejuicios y el odio, y luchar para que todas las personas puedan sentirse orgullosas de SER, SENTIR o AMAR, independientemente de su origen.  

Contra los discursos de odio y la discriminación

Sin embargo, países de acogida como España aún tienen que superar grandes obstáculos como el estigma o racismo. Por eso, es necesario hacer una llamada a la acción para combatir esas barreras e impulsar sociedades de acogida donde todo el mundo pueda sentir orgullo, garantizando en todo momento el acceso de las personas migrantes y refugiadas a derechos básicos como el empleo, la educación o la vivienda, fundamentales para su bienestar y, por tanto, para su inclusión total.  

En el marco del año electoral en el que nos encontramos es importante recordar la responsabilidad política. Una medida fundamental es tener en cuenta en las agendas políticas la necesidad de frenar los discursos de odio y la discriminación hacia las personas LGTBIQ+ y, al mismo tiempo, promover la convivencia y la cohesión social.  

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