¿Por qué la mutilación genital femenina sigue siendo un problema en el siglo XXI?

Este año 4,3 millones de niñas en todo el mundo están en riesgo de sufrir mutilación genital, alerta la ONU. Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, el 6 de febrero, aún es necesario alzar la voz contra esta práctica.

 

Controlan nuestra sexualidad, nos mutilan para controlar nuestra fidelidad”, explica Sainabou, superviviente de mutilación genital y originaria de Gambia. Solicitó asilo en España tras huir de su familia, embarazada de ocho meses, y entre sus cicatrices está el dolor de haber sido mutilada con nueve años. Aún recuerda “el corte en la carne”.

La mutilación genital femenina consiste en amputar el clítoris y los órganos genitales femeninos, total o parcialmente. Es habitual que se haga como una ceremonia, sin anestesia y en condiciones insalubres, motivada por diferentes razones: por tradición cultural, convención social, práctica preparatoria para la vida adulta y el matrimonio o como fórmula para condicionar la sexualidad de las mujeres, entre otras.

“Nos reunieron a un grupo de niñas, todas más o menos de la misma edad, y nos dijeron que al día siguiente íbamos a tener una fiesta, con regalos y comida’’, cuenta Isatu, otra superviviente que fue mutilada de niña. En el pueblo era motivo de alegría, pero ella solo recuerda dolor. ‘‘Grité, temblé, apreté muy fuerte los dientes. Sentí el corte y cómo luego me cosían. Seguí gritando, pero me tapaban la boca. Me habían cortado el clítoris y los labios menores’’.

Un problema global

La realidad es que la mutilación genital viola los derechos humanos de niñas y mujeres, y en muchos casos se ven forzadas a huir de sus países para evitarla. Es un peligro para su salud y su bienestar a corto, medio y largo plazo. Puede derivar en dolores crónicos, infecciones, hemorragias, problemas vaginales, urinarios, menstruales y/o sexuales, necesidad de intervenciones quirúrgicas, trastornos psicológicos como depresión o ansiedad y, en algunos casos, la muerte, enumera la Organización Mundial de la Salud.

No hay registros exactos, pero UNICEF estima que al menos 200 millones de mujeres han sido víctimas de la mutilación genital. La gran mayoría, antes de cumplir los 15 años. Es una práctica común en cerca de 30 países de África, Oriente Medio y Asia Meridional, pero también en comunidades en Latinoamérica, comunidades de migrantes en Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda. Es un problema mundial.

Adama también es de Gambia y también llegó a España para escapar de su familia. Ella pone voz, en primera persona, a las consecuencias de una práctica que sufrió con cinco años. “Nos afecta de muchas formas: hay algunas que tienen suerte, algunas que no. Algunas que desde entonces no tienen placer sexual, algunas que tienen infecciones, algunas que desde entonces no pueden tener hijos. Hay muchas formas en las que esto te va a molestar emocionalmente. Lo vas a pensar toda tu vida”.

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