50 años del exilio chileno: un hito de solidaridad internacional y origen del derecho de asilo en España

El 11 de septiembre de 1973, Pinochet encabezó un sangriento golpe militar que instauró 17 años de dictadura en Chile y produjo el mayor desplazamiento forzoso de población de la historia del país.  

 

Más de 400.000 chilenos y chilenas se exiliaron, de las cuales 73.000 obtuvieron el reconocimiento de personas refugiadas en diversos países entre 1974 y 1990. Según cifras oficiales, hubo más de 40.179 víctimas entre asesinatos, desapariciones, presos y presas políticos y personas torturadas.

El exilio chileno fue una experiencia compartida con otras dos millones de personas procedentes de Latinoamérica que, como consecuencia de dictaduras militares como las de Uruguay y Argentina durante la década de los 80, se desplazaron a todas las partes del mundo y, en gran medida, a Europa.

La solidaridad internacional fue fundamental durante el golpe de Estado en Chile. Cerca de la mitad de las personas que se vieron obligadas a huir se refugiaron en Europa. Esto fue gracias a que países como Francia, Italia, Holanda, Bélgica, Alemania y Suecia, desde sus respectivas embajadas en Santiago de Chile, apoyaron a quienes pidieron asilo político.

Pero no solo a través de las embajadas se mostró la solidaridad con el pueblo chileno abriendo vías legales y seguras, además muchas personas ofrecieron su ayuda para trasladar a quienes necesitaban protección y se organizaron numerosas conferencias internacionales de solidaridad en diversas ciudades europeas. Entre ellas, destaca la famosa Conferencia Mundial de Solidaridad, realizada en Madrid en 1978 y que derivó en la creación de grandes redes de cooperación transnacionales entre Chile y Europa.

El exilio chileno, clave en el origen de CEAR y el asilo en España 

Tras la muerte de Franco, España pasó de ser un país de emigrantes a uno de acogida de personas desplazadas forzosamente. Durante la transición, nuestro país se convirtió en una opción para las personas que buscaban refugio, especialmente de las dictaduras latinoamericanas. Las llegadas de estas “primeras personas refugiadas” están en el origen de la historia del asilo en España, una historia estrechamente ligada al origen de CEAR.

Hace 50 años, organizaciones y personas que fundaron posteriormente CEAR empezaron a trabajar en la clandestinidad por los derechos humanos y por el derecho de asilo con la oposición del Gobierno franquista. Entre sus acciones destacan campañas de incidencia para que España se sumase a la Convención de Ginebra y al Protocolo de Nueva York, lo que se consiguió finalmente en el año 1978. Incluso antes de la inscripción formal de CEAR como asociación, se empezó a trabajar para lograr el reconocimiento del Derecho de Asilo en nuestra Constitución. Además, en la posterior primera Ley de Asilo de nuestro país, que se aprueba en 1984, CEAR jugó un papel de primer orden. Desde entonces, España ha acogido personas refugiadas de todo el mundo.

La contribución de las primeras personas refugiadas en España, entre ellas muchos chilenos y chilenas, fue esencial para la creación de CEAR y en sus primeros años de trabajo. Las personas refugiadas tejieron redes de apoyo mutuo y ofrecieron sus propias casas para acoger a las recién llegadas, en un espíritu de solidaridad y resistencia de la diáspora que perdura en nuestros días.

Las personas refugiadas y migrantes en Chile hoy

Lamentablemente, la historia del asilo actualmente en Chile guarda muchas semejanzas con la española, y cada vez las autoridades chilenas ponen más obstáculos a las personas para encontrar refugio en este país. En 2022, Chile acogía cerca de 1,4 millones de personas migrantes, especialmente venezolanas, peruanas y haitianas. Sin embargo, el acceso al asilo está gravemente amenazado. Entre 2010 y 2021, las autoridades informaron del reconocimiento de la protección internacional a tan solo 701 personas, de un total de casi 22.000 solicitantes.

Las políticas migratorias del país desde 2019 han hecho que sea cada vez más difícil para muchas personas obtener visados o refugio, mientras que la Ley vulnera el principio de no devolución al permitir la expulsión inmediata de migrantes que cruzan la frontera o intentan cruzarla. Además, se imponen otros obstáculos muy graves como la exigencia de que las personas refugiadas se “autodenuncien” por entrada irregular en el país. Claros y tristes ejemplos que demuestran lo rápido que se olvida la historia, tanto en Chile como en España. La conmemoración de este 50 aniversario debe servir para aprender las lecciones de la diáspora chilena y para que el nuevo Gobierno español tome una nueva senda más coherente con los principios básicos de la protección y la solidaridad internacional.

La contribución de las primeras personas refugiadas en España, entre ellas muchos chilenos y chilenas, fue esencial para la creación de CEAR. Clic para tuitear
Ayúdanos.

Con una aportación de 10€ nos ayudas a proporcionar el material escolar para niños y niñas refugiadas