
La traducción también es refugio: desafíos lingüísticos en un año de éxodos
Este 30 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Traducción y CEAR hace un balance de lo que ha sido este último curso en el que nuevas situaciones de conflicto y violencia han vuelto a poner de manifiesto la necesidad de la protección internacional y la necesidad de facilitar la comunicación interlingüística para lograrla.
Al llegar a un país de acogida, las personas refugiadas necesitan acceder a ayuda y protección, reclamar sus derechos, expresar sus necesidades… En definitiva, necesitan poder comunicarse para poder recibir la atención adecuada y realizar los trámites necesarios durante el procedimiento de protección internacional.
Los servicios de traducción e interpretación son claves para lograrlo. Como explica Ihor, parte del equipo de CEAR, “cuando encuentran a la persona que les puede explicar, que les entiende, que les puede transmitir, abren su corazón, abren su mente, y depositan su confianza en nosotros”.
“De alguna manera, tú eres su voz”, coincide Oksana, una mujer ucraniana que forma parte de CEAR desde 2017. Una voz que miles de personas que vinieron a España en busca de refugio necesitaban hacer inteligible para poder comenzar de nuevo.
2022, el año que el ucraniano se hizo imprescindible
“La invasión de Rusia en Ucrania desatada el 24 de febrero y el consiguiente éxodo de personas ucranianas hacia países de la Unión Europea ha sido, sin duda, el hito más importante del año”, afirma Antonio Airapetov, traductor e intérprete de CEAR.
La dificultad que supuso la gestión del flujo ucraniano desde el punto de vista lingüístico radica en la relativa escasez de traductores-intérpretes de lengua ucraniana que ejerzan profesionalmente en territorio español.
“La mayoría de las personas ucranianas hablan ruso como primera o segunda lengua o bien dominan variantes dialectales compatibles con el ruso. Como la práctica totalidad lo entienden, sus necesidades lingüísticas se venían cubriendo tradicionalmente con el ruso, más amplio y profesionalizado”, señala Antonio.
No obstante, el volumen y la intensidad del flujo actual situaron a CEAR ante un escenario completamente nuevo. Esto forzó la urgente incorporación de un importante número de personas colaboradoras con el idioma ucraniano.
Darí, el idioma de la otra gran emergencia
Los operativos de evacuación de personas afganas en agosto de 2021 y 2022 han sido otros destacados de este último año. La complejidad de estas intervenciones incluyó el traslado en aviones militares desde la región hasta la base de Torrejón de Ardoz.
“Este operativo exigió un alto nivel de coordinación de todos los actores que participaron y una implicación extraordinaria de nuestro equipo de intérpretes de darí, el dialecto de la lengua persa que predominaba en el grupo de personas que atendimos”, explica Antonio.
El conflicto de Ucrania no debe hacer que caigan en el olvido otras persecuciones colectivas o individuales que sufren muchas personas en diferentes rincones del mundo, trabajando desde el punto de vista de la traducción y la interpretación con el mismo objetivo de que a las dificultades de la huida, no se añadan las del aislamiento comunicativo. Porque como recuerda Oksana, uno de los mayores deseos de quienes trabajan con las personas refugiadas es que les “necesiten cada vez menos”.
Cuando encuentran a la persona que les puede explicar, abren su corazón, abren su mente, y depositan su confianza en nosotros Clic para tuitear