Datos para entender cómo afrontan la pandemia las personas refugiadas

La pandemia ha supuesto un duro golpe para todo el mundo, pero especialmente para las personas refugiadas. Mientras la mayoría de Gobiernos pedían a su población que se quedara en casa, millones de personas se veían obligadas a afrontarla lejos de sus hogares y de sus países de origen por conflictos, persecuciones o amenazas.

 

El coronavirus ha tenido un impacto grave en el aumento de las desigualdades, la pobreza, el racismo y la xenofobia, dificultando aún más la huida de personas necesitadas de protección internacional, que quedaron atrapadas en países inseguros de origen o tránsito. A continuación mostramos los principales datos que reflejan las diferentes situaciones que afectaron a las personas refugiadas en España, Europa y el resto del mundo.

España

1. El año pasado, pese a la pandemia, 40.106 personas se tuvieron que jugar la vida en el mar para alcanzar costas españolas, 14.000 más que el año anterior. Más de la mitad de ellas, 23.000, lo hicieron a través de la peligrosa ruta atlántica. Una de cada cuatro personas migrantes que llegó por vía marítima a Europa lo hizo a través de Canarias, tras partir clandestinamente de costas de Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania o incluso Senegal. Al menos 850 murieron en el intento, cifra mínima estimada, según últimos datos de la OIM. Más de la mitad de todas las muertes de personas migrantes que trataron de llegar a costas europeas en 2020. Las llegadas irregulares por vía marítima representaron el 96% de las totales.

2. Venezuela (28.365 solicitantes), Colombia (27.576) y Honduras (5.536) fueron los principales países de origen de las personas que solicitaron asilo en España. Aunque Siria tiene el mayor éxodo forzado de población del mundo, apenas hubo 400 personas solicitantes originarias de este país. Y, en el caso de Palestina, solo hubo 171. Tales descensos obedecen a una decisión política: la exigencia de un visado de tránsito. Lo mismo sucede con Yemen o Líbano, entre otros países.

3) El número de personas solicitantes de asilo se redujo un 25%, al pasar de 118.264 a 88.762. Las cinco comunidades autónomas con más solicitantes fueron Madrid (33.871), Cataluña (9.614), Andalucía (9.254), Valencia (9.060) y Canarias (3.983).

4. Hay que destacar que se produjo una notable agilización de los expedientes, siendo el tercer país de la UE que más solicitudes de asilo resolvió: 116.614, el doble que en 2019 y casi diez veces más que en 2018. Pese a ello, un año más, España fue de los países con menor tasa de reconocimiento de protección internacional de la Unión Europea. Apenas concedió el estatuto de refugiado o la protección subsidiaria al 5%, muy alejada del 33% de media comunitaria. En su defecto, concedió la autorización de residencia por razones humanitarias a cerca de 41.000 personas, en un 99% originarias de Venezuela. Una medida que permite residir y trabajar temporalmente en España, pero que no implica ningún tipo de ayudas.

5. Apenas el 3% de las solicitudes se formalizaron en un puesto fronterizo, CIE o a través de extensiones familiares, en embajadas, frente al ya exiguo 9% en 2019. Este dato evidencia la ausencia casi total de vías legales y seguras para poder solicitar asilo en España sin tener que jugarse la vida en el intento, a través del reasentamiento, la posibilidad de solicitar asilo en las embajadas y consulados, los visados humanitarios y la reagrupación familiar. Además, las «devoluciones en caliente» aumentaron en 2020, con al menos 212 rechazos sumarios, a pesar del significativo descenso en las llegadas.

España apenas concedió el estatuto de refugiado o la protección subsidiaria al 5%, muy lejos del 33% de media europea. Clic para tuitear

Europa

6) En 2020, al menos 1.426 personas fallecieron en rutas marítimas hacia Europa, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 459 menos que el año anterior. Aunque la tasa de muertes en relación a las llegadas se mantiene en niveles similares a 2019. El Mediterráneo continúa siendo la ruta más peligrosa del planeta.

7) Ante la falta de vías legales y seguras, cerca de 100.000 personas migrantes tuvieron que arriesgar su vida para entrar en la Unión Europea, un 23% menos que el año anterior. Esto se explica en gran parte debido a los efectos de la pandemia, pero también al endurecimiento de los controles fronterizos y los acuerdos con terceros países de origen y tránsito. Además, la Comisión Europea presentó el llamado Nuevo Pacto de la UE sobre Migración y Asilo, que hace especial hincapié en continuar con la estrategia de externalización de fronteras, reforzando el papel de FRONTEX y de los retornos.

8. La llegadas por vía marítima se produjeron principalmente a España (42%), Italia (34%) y Grecia (15%), que volvieron a asumir el peso de la primera acogida. A esto se suma que la responsabilidad del estudio de las solicitudes sigue recayendo en el primer país de entrada y que el sistema de “solidaridad” propuesto, no define un mecanismo obligatorio de reubicación, sino un “menú a la carta” para los Estados.

9) Un año más, las solicitudes de protección internacional formalizadas en el conjunto de la UE volvieron a descender de manera acusada y se concentraron, especialmente, en Alemania (121.955), Francia (93.470) y España (88.762). La tasa de reconocimiento de protección internacional se mantuvo en torno al 33%, muy por encima del 5% de España. Destacan positivamente Alemania y Grecia, que concedieron protección aproximadamente a una de cada dos personas. Además, por primera vez desde 2017, en la UE hubo más solicitudes de asilo resueltas que presentadas.

10) Los principales países de origen de las personas que solicitaron asilo no variaron respecto al año anterior: Siria (64.540), Afganistán (48.578) y Venezuela (30.643, el 93% de ellas en España). A destacar el aumento de solicitudes hechas por niños y niñas que llegaron solos (4% de las totales).

España, Italia y Grecia volvieron a asumir el peso de la primera acogida de las casi 100.000 personas que llegaron por mar. Clic para tuitear

MUNDO

11. 82,4 millones de personas vivían forzosamente lejos de sus hogares a finales de 2020, según datos de ACNUR. Son casi 3 millones más que hace un año, otro nuevo récord de desplazamiento forzoso. De todas ellas, 34,4 millones habían abandonado su país de origen, mientras que 48 millones eran desplazadas internas. Más de un millón de niños y niñas nacieron como refugiados.

12. Los países en desarrollo acogieron al 86% de personas refugiadas y venezolanas desplazadas en el extranjero. Además, el 73% se refugia en países vecinos a su país de origen. Por séptimo año consecutivo, Turquía fue el país que más personas acogió (3,7 millones), seguido de Colombia (1,7 millones), Pakistán (1,4 millones), Uganda (1,4 millones) y Alemania, único país europeo (1,2 millones).

13. El 68% de las personas refugiadas y desplazadas en el extranjero proviene de cinco países: Siria (6,7 millones), Venezuela (4 millones), Afganistán (2,6 millones), Sudán del Sur (2,2 millones) y Myanmar (1,1 millones).

14. Durante la primera ola de la pandemia, 168 países cerraron total o parcialmente sus fronteras y en febrero de 2021, aún 144 países las tenían cerradas o aplicaban algún tipo de restricción de acceso a personas refugiadas o solicitantes de asilo, según ACNUR. Debido a la pandemia, aumentó en 150 millones las personas que viven pobreza extrema, según el Banco Mundial.

15. Al menos 3.894 personas murieron en alguna ruta migratoria, cerca del 37% en el Mediterráneo. La situación provocada por la COVID-19 ha puesto en evidencia la necesidad de una respuesta común, solidaria y basada en el principio de responsabilidad. Debido a la política de externalización y blindaje de fronteras, los desplazamientos humanos cada vez se realizan en condiciones de mayor riesgo para la vida e integridad de las personas.

Hay 82,4 millones de personas desplazadas forzosamente de sus hogares. Más de un millón de niños y niñas han nacido siendo refugiados. Clic para tuitear

 

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