Cinco consejos para buscar empleo según experiencias con personas refugiadas

En una situación tan excepcional y en el actual momento de desescalada de la emergencia sanitaria provocada por la COVID19, la principal preocupación ahora llega por el futuro más inmediato ante la crisis económica y social que ya está azotando sin piedad a muchas personas. Ante este contexto de nuevas incertidumbres, desde los servicios de empleo de CEAR dan una serie de consejos para buscar empleo basadas en sus experiencias con las personas refugiadas.

 

Actualmente, el desempleo afecta a una de cada siete personas en España, aunque expertos vaticinan que puede llegar al 20% por la crisis del coronavirus. Además, el número de hogares donde todos sus miembros se encuentran en paro aumentó en el primer trimestre del año en 60.700 personas, según la Encuesta de Población Activa (EPA).

Por estas cifras se han visto afectadas gran parte de la población, pero si hay un colectivo al que ha golpeado más sensiblemente es a las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad, como las personas migrantes y refugiadas, que normalmente tienen empleos más precarios. Además, el coronavirus ha puesto aún más de manifiesto la enorme brecha digital que sufren estas personas, cuyo acceso a recursos, formaciones y ofertas se ha visto aún más reducido y ha supuesto un enorme desafío para CEAR y todas las entidades sociales para que la falta de competencias digitales y el poco acceso a las tecnologías no sigan ahondando la brecha.

Desgraciadamente, estas situaciones de vulnerabilidad parece que van a afectar a más colectivos en los próximos meses. Por este motivo, Alicia Fernández Bravo, del servicio de Empleo en CEAR Madrid, ha querido aportar su granito de arena y ofrecer cinco consejos que pueden ayudar en la búsqueda de empleo y que no son más que una adaptación al trabajo que viene realizando la organización para que las personas refugiadas puedan encontrar empleo, fundamental a la hora de que puedan rehacer sus vidas.

1. Conócete y reconoce todo lo que puedes hacer

Lo primero a la hora de buscar un trabajo es conocerte a ti mismo y saber qué puedes aportar. Coge un papel y un bolígrafo y haz un listado de todo lo que eres capaz, no te limites a poner solamente lo que has hecho hasta ahora, incluye todo lo que sabes hacer.

De ese listado saldrán todas tus habilidades, tanto las técnicas que vienen dadas por tu formación y/o experiencia profesional, como las transferibles que en estos momentos son las más importantes, ya que te van a permitir adaptarte a otros puestos de trabajo y centrarte en los nichos de empleo que se generen. Las competencias trasferibles, son aquellas que tienes interiorizadas por tu manera de ser (habilidades de comunicación, atención a los detalles, creatividad…), o bien has ido aprendiendo a lo largo de tu trayectoria profesional y vital (organización y gestión del tiempo, cooperación, resolución de conflictos…). Por ejemplo, la resiliencia con la que cuentan todas las personas atendidas por CEAR aporta una de las mejores competencias y más necesarias en la actualidad, la adaptación al cambio y al entorno.

2. Plan de acción

Una vez tengamos claro qué podemos aportar, hay que definir el proyecto de búsqueda que no es más que la intersección entre tres supuestos: qué se hacer, qué me apetece hacer y qué necesita el mercado. El punto de confluencia entre esas tres preguntas nos indicará hacia donde se tiene que orientar la búsqueda.

3. Manos a la obra

Informarse bien de los requisitos fundamentales de los puestos de trabajo es fundamental para detectar posibles carencias y poder adaptar correctamente nuestro currículum. No menos fundamental es estudiar a fondo las ofertas publicadas sobre los puestos a los que vas a dirigirte y analizar las funciones que tendrías que desempeñar y detectar esas posibles carencias que requieran algún tipo de formación.

4. Herramientas de marketing personal

Una vez tengas tu currículum bien estructurado, redactado y con una estética cuidada, necesitarás adaptarlo para cada tipo de oferta y para cada tipo de empresa, esto implica poner aquello que sea beneficioso para tu candidatura y eliminar aquello que te pueda perjudicar o no aporte valor para estos nuevos puestos de trabajo a los que optas. ​

Interioriza la información que has puesto en el currículum y piensa en ejemplos prácticos de aquellas funciones o competencias que la empresa está buscando Ese ejercicio te ayudará a confiar más en tus capacidades e ir con mayor confianza a una posible entrevista.

5. Siembra para recoger los frutos

Confía en ti y recuerda que para recoger hay que sembrar. Puedes tener la suerte de que te llamen de la primera oferta a la que te has inscrito, pero normalmente has de inscribirte a muchas para empezar a ver resultados. Eso sí, aplica solo a aquellas ofertas donde se tengan posibilidades para evitar frustraciones innecesarias.

Por último, elabora un documento de registro y control de las ofertas a las que aplicas para que si te llaman para entrevista tengas claro cuáles eran las funciones y requisitos que pedían para poder preparártela correctamente. Y, sobre todo, no te desanimes, piensa que has realizado un buen trabajo de preparación y vas por el buen camino para recoger sus frutos.

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