CEAR reta a entrar en el laberinto del que huyen las víctimas de maras en Callao

¿Serías capaz de escapar de este laberinto? Entrar es muy sencillo, pero salir podría costarte la vida. Esta es la tesitura a la que se enfrentan a diario las víctimas de las maras, grupos criminales que imponen su ley en Centroamérica.

Bajo el lema «Maras, la guerra no encontrada», un grupo formado por personas refugiadas, activistas y trabajadores de CEAR ha llevado a cabo una campaña para dar visibilidad a la violencia que sufren las víctimas de las pandillas. Miles de personas se ven forzadas a huir de sus países cada año, con el único fin de salvar la vida. Sin embargo, las autoridades españolas aún son reticentes a concederles a estas personas el estatuto de refugiadas.

¿Te atreves a entrar en el Laberinto? ¿A sentir lo que ellos sienten? Sólo hay una salida: HUIR. Clic para tuitear

En el marco de esta iniciativa, el pasado 23 de junio en la madrileña plaza de Callao, se instaló un laberinto con diferentes habitáculos, cada uno de los cuales buscaba representar las distintas violaciones de derechos humanos que sufren las víctimas de las maras.

La captación de niños y niñas en los colegios, las violaciones a las mujeres, las extorsiones o los asesinatos son muestras de lo difícil que se hace el día a día en Guatemala, Honduras y El Salvador. Y son también la prueba de la necesidad de huir que tienen sus habitantes.

Más de 600 personas se atrevieron a entrar en el laberinto. Sintieron miedo, angustia, vacío, tristeza, impotencia, dolor y rabia. Algunas, no pudieron contener las lágrimas. Pudieron así ponerse en la piel de las víctimas de la violencia de las maras y sentir, por unos minutos, lo que ellas viven a diario. Este impacto emocional se logró gracias a una combinación de imágenes y audios que guiaban al visitante por la instalación: cadáveres en el suelo, sangre, armas, risas de escarnio, gritos, llantos…

Juan, uno de los participantes en la actividad, fue sobrecogido por el miedo: «Vi algo que no me esperaba, un muerto en el suelo simulando que tenía un balazo en la cabeza… Fue automático, me eché a un costado», recordaba. No obstante, fue otro escenario el que le paralizó, hasta el punto de quedarse sin palabras. Fue al final del laberinto, que retrataba la llegada al aeropuerto de Madrid. Antes de dejarle salir, un hombre ataviado de policía le retuvo y, con tono intimidante, le interrogó: «¿Cuál es el motivo de su visita?». Tras haber pasado por todo aquello, Juan no fue capaz de responder. «Eso me terminó de dar un bajón. Me impactó fuertemente», reconocía.

Además del temor, Juan sintió también el vacío de la soledad que sufren las víctimas de las maras, ya que hubo de  terminar el recorrido solo. Su novia y su amiga, quienes le acompañaban, no fueron capaces de superar el laberinto. Del mismo modo que, por desgracia, tampoco son capaces de huir muchas víctimas de toda esta violencia en Centroamérica.

«Nadie quiere salir de su país», atestiguaba una joven refugiada que también hizo el recorrido. Se trata de una cuestión de supervivencia.

CEAR reta a entrar en el laberinto del que huyen las víctimas de maras en Callao Clic para tuitear

Esta acción nunca hubiese sido posible sin la colaboración de Aia Kruse , Alfredo Enrique Medina, Ángel Iznaola, Audioguiarte, Brian Navarro, David Pacheco, David Saavedra, Dimas Fernández, Emi Caínzos, Escuela de actores y directores Bululú2120, Fran de Gonari, Javier Amann, Kike A.R, Nazaret Vázquez, Nacho Goytre, Rubén Martín, Simona Cheli, TOES (Jorge Domenech).

Ayúdanos.

Con una aportación de 10€ nos ayudas a proporcionar el material escolar para niños y niñas refugiadas