Caso de TS (identidad protegida)
Nació el 15 de noviembre de 1995 en el norte de un país asiático, donde vivía con sus padres y hermanos. Pertenece a un grupo étnico distinto al que ostenta el poder en su país y le obligaron a pertenecer a un grupo armado..
A finales del año 2002, cuando cursaba el décimo curso en el Colegio, mientras estaba en clase con mis compañeros, entraron en el aula miembros de un grupo independentista rebelde. Nos hicieron levantarnos y subirnos al jeep en el que habían llegado. No queríamos, llorábamos intentando resistirnos. Al cabo de unas 5 horas de viaje, llegamos a un campamento en mitad de la selva. Permanecimos en él alrededor de 10 días, tomando solamente agua y pan, hasta que nos llevaron a otro pueblo donde había un campamento de entrenamiento de este grupo. Al día siguiente de llegar allí, vino el Capitán y, tras izar la bandera, nos dio la bienvenida diciéndonos a cada uno cual iba a ser a partir de entonces nuestro nuevo nombre y dándonos instrucciones, sobre todo nuestra obligación de cumplir con las órdenes que nos dieran. Después empezamos el entrenamiento, que durante el primer mes fue, sobre todo, físico. Al cabo de este mes, no aguanté e intenté escapar. Me cogieron, me llevaron a un pequeño cuarto subterráneo y allí estuve atado de pies y manos y sin comer ni beber durante dos días. Entonces me golpearon, diciéndome que si volvía a intentar escapar, me matarían. Volví entonces al entrenamiento junto con mis compañeros durante cinco meses más. Pasados estos meses me pusieron en el cuello, en una muñeca y en el cinturón una chapa con mi número de identificación y me trasladaron a otro campamento para ayudar en la construcción de un refugio subterráneo. Al día siguiente de llegar nos convocaron a todos en la explanada central. Como una hora más tarde llegó un jeep con cristales oscuros que traía a 10 personas con los ojos tapados y atadas de pies y manos, los sacaron de la furgoneta y los dejaron en medio de la explanada. Poco tiempo después llegaron en otro jeep 2 personas, que resultaron ser los líderes del grupo. Fueron estas personas quienes nos dijeron que estos 10 eran traidores, y que debían morir. Los ejecutaron allí mismo y yo no aguanté y perdí el conocimiento.
Durante varios años continué haciendo trabajos que nos encargaban en los distintos campamentos del grupo en la selva: cavando refugios, haciendo bunkers, cortando leña, buscando agua y construyendo pozos, haciendo guardias,… a lo largo de estos años he querido escapar pero tenía miedo, si lo intentaba y no lo lograba, me matarían.
Después de varios años en que me intentaron hacerme luchar, sufrimos un ataque de los militares del Gobierno pero pude escapar, refugiándome en una casa que había en un pueblo cercano. Entonces pensé que era el momento de escapar y permanecí escondido en ese pueblo. Sin embargo, el dueño de la casa no quería que permaneciera allí porque él y su familia tendrían problemas. Hablé con un amigo al que conocía desde pequeño y le conté los problemas con la inteligencia militar del gobierno y que también había desertado, y que si seguía viviendo allí, me matarían. Mi amigo me ayudó y unos señores mayores me dejaron vivir en su casa en la capital del país.
Un día, al ir a un locutorio a llamar por teléfono, vi a un compañero del primer campamento, me reconoció y me siguió para ver donde vivía, pero logré despistarle y esconderme. Llamé de nuevo a mi amigo, quien me aconsejó que lo mejor era que saliera del país.
Actualmente T.S. está siendo atendido por los servicios jurídicos de CEA(R) como solicitante de asilo. Esperamos que, como Karima, dentro de unos años pueda decir que se siente afortunado.
Extraído de “Voces de Dignidad. Testimonios para el compromiso con los refugiados.”. CEA(R) 2005.